Restaurante Xemei: la perfecta cocina italiana del Véneto

He tardado 10 años en ir al restaurante Xemei. Pensaba que era una isla veneciana en mitad de la marea de pintxos regulones del Poble-sec. Que, como también en otras casas del barrio, se cocinaba rico y con buen producto. Y que con el paso de los años se había convertido en uno de los restaurantes italianos de referencia en Barcelona. Los tsunamis de modas y subidas de alquiler y crisis económicas varias no lo habían hundido, a diferencia de los tantos otros locales y de la capital véneta que el Adriático se traga. A pesar de todo, me había resistido a ir.

Imagen superior: spaghetti con mejillones, almejas y tomatitos en el Restaurante Xemei (todas las fotografías pertenecen al restaurante)

El mito que envolvía al Xemei se había hecho tan grande que yo ya no sabía qué pensar. Veía al chef Max y a Stefano Colombo, gemelos y propietarios del Xemei, unas cuantas veces al año, rebosantes de carisma, en la prensa: durante estos años han abierto el Baccaro, junto al Mercado de la Boqueria, el Bar Brutal con Joan València, las pizzerías Frankie Gallo Cha Cha Cha y cuatro Can Pizza junto a Isaac Aliaga. Hasta han sacado un libro del horno, Cocina Venexiana (Planeta Gastro). ¿Aquello podía ser real?

Restaurante Xemei: la perfecta cocina italiana del Véneto

Restaurante Xemei: retrato de los gemelos Colombo, propietarios del Xemei

Sé que mis reticencias tampoco estaban muy fundadas. Pero me atreví en una gran ocasión: celebrar el aniversario de una gran amiga y gran amante de Venecia. Le dí una sorpresa a Karina, con quien años atrás, antes de su marcha a esa esquina de Italia, habíamos celebrado también su cumpleaños un sábado al mediodía en Bacaro, cuando todavía lo regentaban los Colombo. Recuerdo que habíamos salido contentas, rellenas de ossobuco, gnocchi y barolo, como un botillo pero a la italiana. Ante la perspectiva de su vuelta a la ciudad flotante, decidí que Xemei iba a ser el lugar.

Restaurante Xemei: la perfecta cocina italiana del Véneto

Restaurante Xemei: vista de una de las salas del restaurante Xemei en Barcelona

Lo fue desde la burrata inmensa como un pedazo de nube, acompañada de rúcula y tomates salteados. Son 300 gramos de burrata fresca y cremosa para echarse a rodar de alegría por las colinas pastosas de Apulia o, porque están más cerca, por las calles cuesta abajo hasta el Paral·lel. Pero el resultado no sería el mismo, así que nos quedamos quietas, esperando otro plato: una sartén de setas de temporada con chips de calabaza y huevo poché en la que me habría acostado a echar una cabezadita cuando los camareros se despistaron un rato, tal vez porque el restaurante estaba a rebosar, dentro y fuera, en esa terraza que debe ser ideal pasado el frío.

Restaurante Xemei: la perfecta cocina italiana del Véneto

Plano aéreo del Restaurante Xemei en Barcelona

Luego vino su famoso pappardelle al ragú blanco, de carrillera de ternera melosa y aromática. No puedo pedirle más a un plato de pasta. Pero, por pedir, también habría probado los bigoli a la salsa veneciana de anchoas, el cordero con puré de patatas o el surtido de pescado veneciano. Para qué engañarnos, porque si tuviera el estómago de una búfala y la cuenta corriente de un magnate entonaría un “por favor, lo quiero todo, adelante con el desfile de comida.”

Restaurante Xemei: la perfecta cocina italiana del Véneto

Restaurante Xemei: Espaguetis a la tinta negra del restaurante Xemei en Barcelona

Le pusimos la guinda a la velada con un pastel de queso Grana Padano envejecido 24 meses, que no es líquido como se estila últimamente, pero bien merece el viaje. Con todo esto y un par de copas de vino del Friul, salimos a unos 33 euros por cabeza. Siempre salgo ganando cuando hago regalos de cumpleaños así de sabrosos.

Restaurante Xemei: la perfecta cocina italiana del Véneto

Plato de espaguetis con mejillones, almejas y tomates en el restaurante Xemei

Sólo me queda por decir que Xemei es algo estrecho y eso significa que hay que reservar y que puede ser ruidoso también. Y, quién sabe por qué, tienen una mesa en mitad del paso, ante la puerta; si fuera creyente, le pondría una vela al juego de cintura de los camareros para no terminar con una cadera en el plato. Sea como sea, lo que sirven está tan bueno que es posible que te olvides de todo. Hasta de que tu amiga se va a mil kilómetros de distancia y no hay pappardelle suficientemente largo que haga de puente entre Barcelona y Venecia. Pero en Xemei, por lo menos, tienen unos suficientemente buenos.  

Restaurante Xemei
935 53 51 40
Passeig de l’Exposició, 85
Barcelona
www.xemei.es
info@xemei.es


Restaurante Xemei: la perfecta cocina italiana del Véneto