Anna Cortada expone sus cuadros de mujeres anónimas hasta el 25 de enero en Can Font en les Franqueses del Vallés

Nos ha enviado el siguiente texto: “Me gusta mucho pintar mujeres anónimas, muchas de ellas son las que han construido la historia que no está escrita. Creo que reivindicar su papel y su condición de desconocidas es muy importante porque, aunque se van ganando algunas batallas para la igualdad, aún hay muchos techos de cristal y obstáculos a los que nos tenemos que enfrentar demasiado a menudo.
Esto tiene su resonancia en el mundo del arte: las figuras femeninas son cosificadas, representadas como frágiles y distantes, carentes de una personalidad fuerte y autosuficiencia.
Esta exposición nace del objetivo de mostrar una mujer lejana, con sus particularidades que no acabamos de entender, rodeada de su propia personalidad, sus recursos para reaccionar a lo que hay a su alrededor, su forma particular de existir. Tiene un carácter propio pero carece de unos rasgos faciales determinados, de modo que cada uno puede imaginarla como le plazca. Ésta persona queda diluida en el fondo del cuadro, hundida, absorbida.
Es una reflexión sobre el efecto que tienen sobre nosotros los pensamientos y emociones negativas: si los olvidamos dentro de nosotros se vuelven corredores, pero al analizarlos nos agotan.
Es evidente que la realidad de la vida es dura, a todos se nos presentan adversidades, pero debemos sumergirnos en los elementos que nos dan placer. En mi caso son el color y la naturaleza. Gracias a ellos podemos hacer que las cosas no sean tan difíciles o, al menos, enfrentarnos a ellas con más energía y alegría. Es por eso que creo firmemente que el arte y la naturaleza nos hace libres.