SIEMPRE ALICE

RECUERDOS QUE NOS AYUDAN A NO OLVIDAR LO QUE SOMOS

Una de las enfermedades más tristes que pueden existir es el Alzheimer, esa enfermedad que del día a la noche va usurpando nuestro sistema cognitivo provocando un deterioro conductual, así como una pérdida de la memoria inmediata y con ella todos nuestros recuerdos, todo lo que somos. Pues bien, partiendo de esta enfermedad pero elevándola a la particularidad de “familiar”, es decir, que en este caso el Alzheimer se transmite de una generación a otra, llega a nuestros cines el dramón con el que Julianne Moore le ha arrebatado a Jennifer Aniston (Cake) o Rosamund Pike (Gone Girl) el Globo de Oro y opta a su 5ª nominación al Óscar. La pelirroja de mirada intensa y misteriosa se vuelve a situar como protagonista indiscutible en Siempre Alice, donde da vida a una prestigiosa lingüista que tras cumplir 50 años observa cómo hay palabras que empieza a olvidar y momentos en lo que su desorientación es preocupante. Tras unas cuantas visitas a su neurólogo, éste le informa que sufre de Alzheimer familiar de tipo precoz, que impedirá vuelva a ser la misma. Los resortes de esta gran maquinaria que es Hollywood y sus guionistas, hacen que la película se convierta en un sinfín de escenas en la que vamos acompañando a Alice en ese proceso degenerativo provocado por la enfermedad, así como las múltiples muestras de cariño de sus dos hijos mayores, su marido y las típicas riñas contra ella misma y su díscola hija pequeña Lydia (Kristen Stewart) que no acepta la situación en la que se encuentra su madre y que a diferencia de sus hermanos no es un mero aderezo de la madre. Basada en el bestseller de la americana Lisa Genova, los directores Richard Glatzer y Wash Westmoreland vuelven a reunirse de nuevo, tras escribir y dirigir tres películas anteriores, en este relato de lucha y soledad que a pesar del peligro a convertirse en una película de Antena3, el sobrado talento de Moore la evita de la quema de sobremesa. Kristen Stewart, por su parte, le da perfecta réplica, haciéndonos olvidar la saga con la que se hizo famosa y encaminando su carrera hacia un cine mucho más serio y menos mainstream. Estamos por tanto, ante una cinta que no busca la lágrima fácil sino que va acompañando y ablandando hasta que esas lágrimas empiezan a fluir,  haciendo de la historia algo más cercano; de Alice, algo más maternal y de Julianne Moore, la actriz que haga lo que haga sigue iluminando la pantalla y ensombreciendo a cualquier partenaire con el que comparta cama, aunque sea el mismísimo Alec Baldwin.

ESTRENO HOY, 16 DE ENERO

SIEMPRE ALICE

SIEMPRE ALICE

SIEMPRE ALICE

SIEMPRE ALICE

SIEMPRE ALICE

SIEMPRE ALICE