Magia negra y ocultismo en lo nuevo de Rubenimichi.
Sol Negro es uno de los múltiples nombres que recibe Saturno, dios de la cosecha que representa los ciclos de la vida, pero también el paso implacable del tiempo y, por lo tanto, la muerte. Conocerlo es intentar entender nuestro significado y nuestro fin, y buscar su influjo es abrazar el conocimiento, aunque sea atravesando la oscuridad.
Con estas palabras de Roberto Salas se introduce Sol Negro, último trabajo de Rubeimichi -o lo que es lo mismo, Rubén, Michi y Luisjo-, una serie de pinturas en las que lo saturniano es inspiración y leitmotiv. Ocultismo, magia y simbolismo flotan entre imágenes oníricas donde el claroscuro y el difuminado de los acrílicos conviven en armonía con la claridad de la tinta china. La imaginería de lo oculto fluye con total libertad: el velo que cubre y esconde. La hoz, el estramonio, los altarcillos, los huesos y todo lo mortuorio. El hexágono, como el triple seis satánico o como el hexagrama o estrella de seis puntas, que se transforma en cubo en su perspectiva caballera. Pero también el hexágono como la celdilla de la abeja, representación de las sociedades secretas.
Un mundo de lo oculto que sin embargo parte, como es habitual en el resto de su obra, de una observación de la cotidianeidad que hace aún más interesante los secretos escondidos tras los cuadros.
Sol negro se mostrará por primera vez en Barcelona a partir del día 3 de octubre y hasta el 28 de noviembre en la galería Escalera de Incendios.
Foto de cabecera: Saturno
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