SI ERES DE LOS QUE HAS PERDIDO LA ESPERANZA EN NUESTRO PAÍS; DE LOS QUE CREES QUE SOLO HAY SALIDA FUERA DE LAS FRONTERAS NACIONALES; O QUIZÁS, DE LOS QUE ABANDONASTE ESPAÑA EN BUSCA DE UN FUTURO MEJOR: EL CREADOR AUDIOVISUAL RAMÓN J. GOÑI TIENE ALGO QUE DECIRTE
Quienes nunca han vivido en la ciudad de Nueva York seguramente la imaginen de la forma con la que miles de historias la han retratado a lo largo del tiempo. Desde las vidas anónimas del pintor Edward Hopper hasta las escenas íntimas y demoledoras del fotógrafo Matt Weber, la capital de la modernidad siempre se ha consagrado como el lugar de destino para quienes no se conforman con lo socialmente establecido. Sin embargo, muchos han sido los que han pasado por alto los verdaderos detalles de una ciudad que hace grande a las personas, a la vez que las absorbe entre masas kilométricas de arcén industrial. Alienación, soledad y melancolía son sentimientos que experimentan quienes se enfrentan por primera vez a la enormidad de sus calles; sentimientos que bien de cerca conoció el periodista y director de fotografía Ramón J. Goñi, cuando aterrizó en Nueva York hace ya ocho años para dar vida a las historias anónimas de gran parte de sus ciudadanos. Por ello, en un momento como el actual en el que los jóvenes de nuestro país atraviesan por un grave impasse vital, este madrileño de 31 años hace un alto en su camino para revelarnos, sin secretos ni maquillajes, cómo ha logrado posicionarse a la vanguardia artística y cultural de la ciudad de Nueva York.
A las doce del mediodía de un viernes gélido de noviembre contacté con él vía Skype. Tras varios problemas técnicos de sonido y a pesar de los más de 5000km de distancia que nos separaban, cada una de sus palabras deslumbraba con una fuerza similar a la de los primeros rayos de sol de un verano esperanzador. Y es que uno no todos los días tiene la suerte de hablar con alguien que, en apenas diez años, ha conseguido trabajar como corresponsal para La Sexta, Telecinco o la BBC, y ha llegado a crear su propia productora audiovisual en el epicentro más influyente del mundo. Pero, sin embargo, la historia del español Ramón J. Goñi no es sino otro ejemplo más de la lucha constante por conseguir un sueño en medio de una época llena de obstáculos y dificultades económicas. “Yo tuve la suerte de marcharme de España antes de la crisis, en 2005, y también de estudiar en el extranjero antes de tomar esa gran decisión. No obstante, la recesión económica me hizo replantearme mi trabajo y mi futuro si quería seguir viviendo en EEUU y ganarme la vida de algún modo. La crisis me puso entre la espada y la pared como a casi todo el mundo. Además, la BBC también se encontraba en crisis y reestructuración, por no hablar de los medios españoles. Me dieron seis meses para marcharme a trabajar a Latinoamérica o buscar una nueva forma de permanecer en el país sin su respaldo económico y legal. Tuve que dejar de lado mi vocación, el periodismo, y en ese proceso encontré una nueva manera de comunicar. Aprendí entonces cómo montar una empresa y dar un giro radical en la forma y en el contenido, pero no precisamente en el fin por el cual decidí dedicarme a contar historias”.
De la necesidad y el instinto de supervivencia de aquellos días nació en 2009 uno de los proyectos más importantes en la vida de Ramón J. Goñi: Swoon NYC, una productora entusiasmada en ofrecer una oportunidad audiovisual a la industria de la moda. Junto con la ayuda del artista y creador de muñecas japonés Andrew Yang, ambos se enfrentaron al reto de crear una marca que tuviese sentido para un público emergente en un mundo prácticamente nuevo como es el fashion film. “Hoy en día todos los departamentos de marketing de las grandes marcas y revistas de moda se encuentran en un proceso de desarrollo audiovisual en la red. Por ello”, explicaba el joven periodista “nuestro objetivo consiste en posicionarnos a la vanguardia de este proceso y establecer de manera clara cuál es nuestro propósito, con qué clase de gente trabajamos y cuál es la calidad con la que lo hacemos”.
Fotograma de Celebration para Kult Magazine
Tres años después de su nacimiento, Swoon NYC ha logrado gracias al esfuerzo conjunto de más de diez artistas, crear contenidos para grandes marcas como Linda Farrow o Michael Bastian; y para medios de comunicación tan relevantes a nivel internacional como Vogue, Vanity Fair o Fashiontv. “Nuestra filosofía de trabajo consiste básicamente en demostrar que, si bien no existen los datos y la seguridad que la televisión o cualquier medio impreso puede proporcionar a la hora de hacer publicidad, el consumo de los contenidos digitales es cada vez mayor. Con lo cual, partiendo de la mecánica con la que nosotros actuamos diariamente, nos convertimos en una especie de guías en esta transición incierta. De la misma manera con la que te marchas de vacaciones a un lugar nuevo y necesitas un guía para no perderte, Swoon NYC te facilita ese idéntico servicio. Te acompañamos durante todo el proceso y creamos contenidos que te conduzcan a donde tú quieras llegar. Porque al fin y al cabo, somos jóvenes, internacionales, tenemos influencias muy diversas y vivimos en una ciudad con expresiones culturales tan mezcladas que, todo aquello que realizamos, se convierte en un producto extremadamente multinacional. Eso si, con la frescura que las grandes agencias de publicidad nunca podrán proporcionar porque, simplemente, son demasiado grandes”.
Pero cuando hablamos en presente de las multinacionales de la industria de la moda, nos acercamos a un mundo que se dirige inevitablemente a una dirección incierta. Quizás más próxima a la del camino del exceso, la frialdad y la despersonalización, que a la de alcanzar una verdadera seña de identidad personal. Por ello, lo primero que sorprende cuando uno descubre el trabajo que hay detrás de Swoon NYC es, contradictoriamente, una mirada mucho más humana y sociológica; un esfuerzo por recuperar los valores que hicieron elevar la moda a la categoría de arte. Y esa forma de actuar, en gran parte, se debe a una mentalidad que lejos de los objetivos económicos, se compromete con la pasión obsesiva por hacer de la creatividad una forma de vida. “Para mi la moda es un laboratorio de creación en el que la mayoría de las disciplinas artísticas se ponen en común. El ejemplo más claro es un desfile de moda donde música, diseño, arquitectura y estilos de vida, confluyen para dar lugar a un espectáculo en el que muchos conceptos se definen en su totalidad. Desde el punto de vista de la creación visual, la moda te permite jugar con expresiones artísticas que en ningún otro sector, ni siquiera en el cine, podrías experimentar. Con ella tienes la capacidad de ser más directo y resolutivo con tu propia historia sin la necesidad de desvelar quién eres. Y eso, como periodista o escritor, te proporciona una libertad que jamás dispones cuando trabajas con medios informativos en los que, desgraciadamente, las consecuencias de tus palabras pueden perjudicar a un gran sector de la sociedad”.
Fotograma de Celebration para Kult Magazine
Detrás de esta concepción influenciada por un constante vaivén de ideas y creaciones visuales como las del fotógrafo de moda Nick Knight, se esconde una gran referencia para la vida de Ramón J. Goñi: la ciudad de Nueva York. Y es que, más allá de la tierra de oportunidades que algún día fue, desde el año 2001 esta ciudad se convirtió para él en la forma más directa y realista de enfrentarse a su propia identidad. “Lo que te enseña diariamente Nueva York es que siempre debes mirar hacia delante. Cuando superas un obstáculo en el idioma, en el trabajo o simplemente en la salud, tienes que olvidarte muy rápido de él. De hecho, el mejor consejo que alguien me dio cuando llegué aquí por primera vez para hacer unas prácticas en un periódico, fue que hay que tratar por todos los medios de aprovechar al máximo lo que te puede ofrecer la ciudad, sin dejar que ésta te absorba. Porque una vez permites que engulla tu energía, inevitablemente te quedarás anclado en el pasado y en todas aquellas dificultades que nunca superaste. Ahí es cuando surgen los problemas de verdad. Los problemas que te plantean que no tienes un lugar en Nueva York; que no tienes nada que hacer. Que deberías estar en otra parte excepto aquí. Y tú mismo te conviertes en el mayor obstáculo. Por ello, debes tener la suficiente fuerza psicológica para afrontar tus miedos e inquietudes. Da igual las condiciones con las que vengas: en un momento dado vas a tener que buscar tu propia identidad en una ciudad en la que ocho millones de personas quieren ser, de alguna manera u otra, una estrella destacable (…). Ese individualismo propio de Nueva York es, sin duda, lo que precisamente debes de superar aquí”. Y, aunque a él mismo le cueste creerlo, Ramón J. Goñi no solo ha sabido vencer con creces esta situación, sino que ha logrado la seguridad que muchos jóvenes españoles ansían desesperadamente mientras se encuentran obligados a marcharse del país. “La realidad es que, cuando estás fuera de España, el acceso que tienes a determinadas empresas o medios de comunicación es mucho mayor; mientras que los complejos de trabajar para un medio o cualquier marca son menores porque, al fin y al cabo, no tienes nada que perder. En nuestro país llevas encima la presión de una sociedad que constantemente te dice “esto no lo puedes hacer” o “no tienes la suficiente capacidad porque no tienes tal carrera o título profesional”. Cuando estás fuera, eres un extranjero más y lo único que tienes que saber es hablar bien el idioma y esforzarte para convertir esa perjudicial etiqueta de ‘extranjero’ en una auténtica virtud. Debes encontrar a través de ese proceso de inmigración, obstáculos y aventuras, tu verdadero sitio. Y así fue cómo, en cierta medida, logré llegar al mío”.
Fotograma de On new terms para SHOWstudio
Pero a pesar de la distancia y el tiempo que lleva viviendo fuera, para Ramón J. Goñi sigue siendo imposible observar con indiferencia la situación tan caótica por la que está atravesando nuestro país en estos momentos. Por ello, desde la libertad de opinión y dejando de lado la ‘objetividad’ como máxima periodística, esta vez nos ofrece una visión esperanzadora (y no por eso menos realista) sobre el futuro que nos depara a la vuelta de la esquina. “Afortunadamente ya he pasado por esa transición de pensar que España y la cultura de sus ciudadanos es muy inferior a todo lo demás que hay ahí fuera. Porque la verdad es que tenemos muchísima más historia de la que pueda tener Estados Unidos o cualquier otro lugar del mundo. Se trata de una esencia que nos ha sacado de muchos problemas y nos ha otorgado grandes logros desde el fin de la dictadura hasta varios años de creación cultural y social. Además, hoy en día tenemos actores triunfando en Hollywood, directores de cine creando cosas increíbles, fotógrafos viajando alrededor del mundo, empresarios e incluso, aunque parezca mentira, también banqueros. Exportamos constantemente una gran variedad de productos, conceptos y personas con talento que triunfan a nivel mundial. Pero lo que debemos conseguir por delante de todo es crear esas cosas en nuestro propio territorio, sin la necesidad de salir fuera. Uno de los fenómenos más sorprendentes de nuestro país es que la misma persona, con la misma experiencia, puede ser contratada por una tarifa mucho más elevada si se encuentra fuera de España. Al final, dejamos que todo el talento nacional se pudra en la propia decadencia del desuso. Obligamos a todas las personas capaces de cambiar la situación de nuestro país a que se vayan al extranjero. Y, aunque yo me fui mucho antes de la crisis económica, me sigue doliendo España. Y eso es una cosa que me quede aquí o regrese a Europa, me seguirá doliendo”.
Sin embargo, más allá de todas las dificultades que comporta sobrevivir en un país metido de lleno en la recesión económica, Ramón J. Goñi ha sabido absorber finalmente el optimismo de la mentalidad americana. Y es que, desde la experiencia y el trabajo constante, este incansable emprendedor confía ahora más que nunca en el potencial de los jóvenes españoles. Precisamente en todos los que luchan día a día por conseguir una verdadera libertad de creación; en todos aquellos que, por muy lejos que estén de sus familias, jamás olvidan el sitio de donde provienen. “Porque solo de esta forma, recordando cada día su auténtica identidad, se darán cuenta de que el mundo está hecho expresamente para los valientes”.
4 de enero de 2014 a las 1:18
Exacto, un ejemplo de lo que necesitamos los jóvenes. Menos másteres y más ideas valientes.
16 de diciembre de 2013 a las 12:07
No my comment is not that. Is this:
Bravo. Very well. You are an expample.
16 de diciembre de 2013 a las 12:05
Bravo. Muy bien. Eres un ejemplo. Un fuerte abrazo