Vértigo sesentero y purga refinadaCuando al surrealismo se le suman dosis de humor negro, se apartan los complejos, y las inseguridades se convierten en motivo de sonrisa, surgen obras como Catastrofía (Sonido Muchacho, 2015).

Segundo largo de Tigres Leones donde el trío madrileño vuelve a tambalear, a base de un sarcasmo elegante y divertido, los órdenes comunes a los que vivimos acostumbrados. Por eso, hace aproximadamente dos meses, volvían a sorprendernos con la publicación del videoclip de “Marte”, primer single de este nuevo disco, regodeado en la perspicacia y sobre todo en el ingenio. Una vuelta de tuerca a uno de los movimientos socio-comerciales más extendido de este último año, como ha sido la campaña publicitaria de una de las cervezas patrias más emblemática. Esta, que ha copado durante meses los medios y las redes sociales de la mano de numerosos artistas de renombre y diferente índole, volvía a ser la protagonista pero, esta vez, bajo la gracia y el espíritu de Tigres Leones y la colaboración de La Bien Querida. Porque ellos, también #SonDeMahou, pero a su manera.


A su ya ácida perspectiva vital, que nos llega a manos de unas letras desvergonzadas e irreverentes, se le suman ahora los dulces sonidos del pop sesentero. “Buenos días”, tema que abre el disco, “Vladimir (no da igual)” y “Postales” son efectivo ejemplo. Ya sabíamos que Tigres Leones gustan de aquella década, pues les hemos visto aferrarse a las amebas de la psicodelia ya en trabajos anteriores, pero ahora se detienen en dar un paso más. Abarcan el espectro sixtie en toda su amplitud porque, ahondando en el ímpetu guitarrero que los caracteriza, ahora recaban con soltura en todos los géneros vivientes de aquellos años. Desde el garage primigenio con “Tambor”, al retro pop rock de “Hablan sobre mí”, pasando por las melodías progresivas de “España Muerde”, hasta llegar a los sonidos del protopunk con el inicio de “Fiesta” y el desglose completo en “Evaquad Madrid”, para la que han contado con Javier Molina de Juventud Juché.

Vértigo sesentero y purga refinada

Su crítica sagaz a la realidad se esconde, o más bien habita sin temores, en sentencias como “no hay poesía ni trabajo en esta ciudad”, extraída de “TQM”, décimo corte del disco que personaliza el ritmo cosmopolita y la deshumanización a ritmos exacerbados junto a Alberto Gúdar. El tinte de ese vértigo, también presente en “(Haz el) Raskolnikov”, solo que esta vez el dinamismo viene de un tempo acelerado que contrarresta el deje cuasi tropicalista y globalizador de “Orden mundial”. Mención especial merece “Diez formas de matar el miedo”, justo el punto medio del tracklist de este Catastrofía para equilibrarlo con precisión y mucha intención. Arranca vívido y vintage con versos de aquel “Romance del Niño Perdido”, de la tradición oral y popular, en una demoledora y sobrecogedora declaración de intenciones que termina por explotar cinemático y vertiginoso acercándose al punk, al mismo tiempo que lo hace al folclore. Grabado en el Studio B de Bernardo Calvo y DGR Sónica de Ramón Moreira, durante los primeros meses de este 2015, sirva este Catastrofía como acento irónico a un año saturado de acontecimientos con una lección de chispa inteligente y gnosis urbana.

Tigres Leones (y amigos) + La estrella de David, 27 noviembre, Sala Siroco, Madrid