La noche del pasado sábado la actriz Mariam Hernández fue la maestra de ceremonias de la Yincana de cine confinado. La gala virtual de esta convocatoria extraordinaria ha contado con 961 cortos a concurso y 1.000.000 de visualizaciones, desde el pasado 26 de abril. Los cortos ganadores pasarán automáticamente a la final de Notodofilmfest 2020.
961 cortos a concurso en 10 días y 1.000.000 de visualizaciones en el último mes. Estas son las dos cifras que resumen la Yincana de cine confinado. En ella, el cineasta Javier Fesser, de la mano de Notodofilmfest, retaba a los creadores a rodar un cortometraje de menos de 2 minutos, en 49 horas y sin salir de sus casas.
Un reto más que logrado y que ha demostrado cómo, en los momentos complicados, la creatividad y las ganas de contar historias son un aliado fundamental.
El pasado sábado, la actriz Mariam Hernández presentó la gala virtual. Allí se dieron a conocer los ganadores de las dos convocatorias de la Yincana.
Casi, de Pau Rodilla y David Gaspary –una inquietante y divertida propuesta– fue el corto ganador de la primera convocatoria. Por su parte, El fantasma de la libertad –qué ocurre cuando toca pasar las 24 horas del día con nuestros hijos– fue el ganador de la segunda convocatoria.
Ambos cortometrajes pasarán automáticamente a la final de Notodofilmfest 2020. Junto con los dos cortometrajes ganadores, el jurado, presidido por Javier Fesser, otorgó varias menciones especiales.
Yincana de cine confinado: documentales y ficción
En la primera: Fantasmas, de José Luis Fernández –una historia sorprendente que nos descubre a quien temen los fantasmas –; Summertime, de Jaime Figueroa –un corto que hace honor a la máxima de “el roce hace el cariño”; y Quarantine Melody, de Manuel Pico González y Alejandro Pau –un auténtico homenaje al género musical–.
Por su parte, el documental La calle es mi casa pone cara y voz a los más desfavorecidos–; Intercambio –relato sobre las ventajas e inconvenientes de salir de nuestro hogar en busca de otro–; y Flashback –un viaje a aquellos espacios y momentos tan anhelados en el confinamiento– fueron los cortometrajes de la segunda convocatoria reconocidos con mención especial.
Recuerdos de cómo era nuestra vida antes del confinamiento; imágenes de cómo es ahora con la que unos y otros podemos sentirnos identificados; homenaje a nuestros mayores o guiños a quienes tenemos lejos. Temas recurrentes en los cortos que se han presentado a la convocatoria.
Junto con estas temáticas las propias normas de la convocatoria exigían a los participantes cumplir una serie de premisas impuestas por Javier Fesser. Lo que ha hecho posible de viajes en el tiempo a encuentros paranormales. Y, en general, un despliegue de imaginación con recursos limitados, pero ganas de contar historias. Como señaló Javier Fesser durante la gala: “En estos tiempos tan duros, nos estábamos rodando vivos”. Buena prueba de ello ha sido la altísima participación de los cortos presentados.
El propio cineasta ha querido participar en la Yincana con Tres veces, una historia de picaresca puesta al servicio de evitar los rigores del estado de alarma.
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