Yosi Negrín, o lo que es ser un arquitecto contemporáneo

Yosi Negrín, 25 años, es arquitecto por la Etsam; natural de Tenerife, residente en Madrid y corazón mexicano. No es de extrañar, por tanto, su fascinación por el paisaje y el territorio. A través de los cuales ha creado una obra en torno al mapa, el render, las imágenes olvidadas de internet o, más recientemente, las cámaras de vigilancia. Un trabajo que ha ido del verde croma al gris del asfalto, pasando por paisajes alegres y coloridos.

Su interdisciplinaridad puede verse a través de su trayectoria. Dispositivos arquitectónicos ideados a partir de las herramientas de Google Street View como el Chromatropo (2018) y desarrollados más tarde en obras como Street View Horizons (2029) o Slide to Unlock (2019). Proyectos arquitectónicos que motivan relaciones sociales diferentes a las habituales como Amor al extremo Este de la Macaronesia (2019). Paisajes inventados a partir del megapíxel como su serie 2020. O prototipos de distanciamiento interpersonal como Social ( ) Distancing (2020). En definitiva, un viaje cromático y sensorial que nos hace conscientes de nuestro entorno y que él nos explica en esta entrevista.

 

 

Imágenes superiores: Yosi Negrín fotografiado por Alejandro Madrid y una imagen de la serie 2020.

Yosi Negrín, o lo que es ser un arquitecto contemporáneo

Imagen superior: Chromatropo (2018) de Yosi Negrín

Yosi Negrín es arquitecto, artista, comisario, editor. Le preguntamos con cuál de todos se identifica más y de dónde sale su lado más artístico.

Me gusta pensar que lo que soy es, en realidad, curioso e inquieto. Intento entender lo que me rodea y a mí mismo, que no es poco. A partir de ahí, surgen expresiones más etiquetables como arte o como arquitectura, pero realmente las considero parte de un proceso completo, aunque amorfo, ambiguo e indeterminado. Soy muy jovenzuelo para identificarme con algo fijo, abrazo lo incongruente y lo esporádico, y ojalá sea siempre así.

Siempre he estado influenciado por muchas personas que trabajan la arquitectura desde puntos de vista muy dispares, y que se apoyan en referencias tan múltiples y ajenas a lo comúnmente entendido como Arquitectura.

Como Luis Úrculo, que te convence de que un movimiento de manos es toda una coreografía arquitectónica. O por experiencias locas como la apertura de los Veranos de la Villa el año pasado, organizada por Bwelke. La condensación multisensorial que allí vivimos en una tarde me pareció la arquitectura más pura que había visto en mucho tiempo.

Yosi Negrín, o lo que es ser un arquitecto contemporáneo

Imagen superior: Street View Horizons (2029).

Pero sobre todo, pienso que pertenezco a una generación maravillosa. Personas como Andrea Muniáin, Aída Salán, Ismael Santos, Marta Ochoa, Elena Rocabert, Francisco Bassi, Luis Lecea, Pau Jiménez, Pablo Mera, Pau Music… todes entramos en la Escuela de Arquitectura de Madrid en plena crisis económica, y salimos con otra, y sin embargo, encontramos en la experimentación, el arte, la investigación nuevas maneras de aportar y entender la convulsa sociedad en la que vivimos.

Yosi Negrín, o lo que es ser un arquitecto contemporáneo

Imagen superior: Slide to Unlock (2019) de Yosi Negrín

Yosi Negrín ha estudiado arquitectura; hablamos sobre ella y de su formación. Le preguntamos qué herramientas necesita un arquitecto contemporáneo.

Creo que simplemente tiene que ser capaz de interpretar lo inmaterial, diseñar desde la ambigüedad, construir lo ficticio, coreografiar lo incierto y materializar lo invisible de nuestro entorno, y sobre todo, no dejar a nadie atrás

Yosi Negrín, o lo que es ser un arquitecto contemporáneo

Imagen superior: Amor al extremo Este de la Macaronesia (2019)

Urbanismo, ciudad, arquitectura, megapíxel son palabras presentes en la obra de Yosi Negrín. ¿Qué tienen en común?

Creo que son diferentes escalas de lo mismo. Son mecanismos que ha creado el ser humano para acotar el espacio y el tiempo. Creemos tener todo controlado al acotarlo. Como cuando un arquitecte diseña un espacio, al igual que un píxel, siempre se queda algo fuera, que no entra, que no se ve a simple vista y se desvanece. Es por eso que tienen que pensarse siempre como espacios de convivencia, de debate, de creación, de solidaridad, de libertad y de generosidad.

Yosi Negrín, o lo que es ser un arquitecto contemporáneo

Imagen superior: 2020 de Yosi Negrín

¿Habrá una arquitectura posCovid-19? ¿Qué podemos aprender de esta pandemia?

No soy muy fan de la arquitectura del “solucionismo”, y creo que los arquitectos se han visto un poco abrumados al no poder dar respuestas inmediatas ante todo esto.

Pero lo que sí creo es que hemos sido más conscientes del espacio con el que convivimos y esto cambiará drásticamente la domesticidad post-2020. Nos hemos dado cuenta de lo poco flexibles que son nuestros hogares, donde quizás haya que pensar en una reconfiguración variable de una habitación a lo largo de un día.

Pero sobre todo, quiero pensar que habrá una apuesta por una nueva comunidad vecinal. Como la propuesta parisina de la ciudad de los 15 minutos, donde se experimenta con un espacio público domesticado, ampliado, cercano, amable y compartido en un rango de 15 minutos andando.

Aunque sea un escenario difícil de imaginar, creo que es momento de replantearse muchas de una manera radical, cómo trabajamos, cómo se enseña, cómo consumimos y cuál es la convivencia que queremos con nuestro planeta. Escribía esto Paul B. Preciado el otro día en un artículo y creo que es suficiente: “Solo el arte puede salvarnos. Una praxis creativa colectiva que re-invente instituciones sociales y modos de reproducción de la vida sobre el planeta. Implosión o revolución.”

Yosi Negrín, o lo que es ser un arquitecto contemporáneo

Imagen superior: Social ( ) Distancing (2020)

Vemos en la obra de Yosi Negrín una evolución que va del hiper-retrato de la ciudad (con cientos de personajes que la habitan) a un prototipo de distanciamiento social (un personaje protagonista, solitario, que pasea por la ciudad). ¿Qué supone para ti el distanciamiento social? ¿Qué supone para la ciudad?

Algunos gobiernos han estado trasteando diferentes sistemas de medida de distancia interpersonal a través de cámaras de reconocimiento. En los parques de Singapur hay ahora mismo unos “perros” robóticos que te avisan si estás incumpliendo el protocolo de la distancia de seguridad. También están las tecnologías del digital tracking o contact tracing, aplicaciones móviles de rastreo para prevenir la trasmisión del virus.

Creo que esta fuerte monitorización y control, podrían cambiar las dinámicas del espacio público contemporáneo, donde lo perseguido será ahora el libre movimiento de nuestros cuerpos, el apego y el afecto entre ellos. Y entre tanto, se abre el interesante debate sobre la privacidad y la colectividad digital, aunque siempre existe el riesgo de dejar a los sectores más vulnerables de población por el camino.

Aun así, creo que ya estábamos tardando en la digitalización de muchos aspectos de nuestra vida y que ahora tenemos la oportunidad de experimentar con ello y usar el algoritmo a nuestro favor.

En la serie “2020” hablo del año como punto de inflexión ficticia, como un año que ya habíamos consumido a través del ansia por la predicción, desde el clima hasta lo augurios tecnológicos. Curiosamente, por una cuestión compositiva, cientos de personas guardaban cierta distancia dentro de todo este imaginario. Resulta que al final este pequeño detalle acabaría siendo, a mi parecer, lo más relevante de las imágenes, y más al ver como la distancia de emergencia transformaba la arquitectura y la ciudad del 2020.

La última obra de Yosi Negrín se llama Social ( ) Distancing. ¿De dónde surge esta idea y qué significado tiene?

Es la historia de un chico extraño al que me propongo perseguir a través de supuestas cámaras de seguridad de la ciudad. Hace unas semanas vi un vídeo de unas cámaras de seguridad donde un irritante sonido y un rojo parpadeante aparecía en pantalla cuando se detectaba la infracción de la distancia permitida entre cuerpos anónimos de alguna calle oriental. Esto me volvió loco.

El primer día que permitieron pasear por Madrid también me inspiró mucho, parecía que la ciudad se había condensado. Sentí una especie de expansión de mi propio cuerpo, el aire que me separaba de los demás se volvía visible y miraba con extrañeza a todas esas caras tapadas que hacía tiempo que no veías.

Social ( ) Distancing es una historia que no empieza ni termina; este chico llega, pasea, se siente inseguro, no encuentra nada realmente interesante y se marcha. Lo que más me gusta es pensar en la perspectiva desde que está siendo filmado, el objetivo era principalmente significar el punto de vista desde donde se narra la historia. Me gusta intervenir en la cognición de lo que vemos, lo que no se deja ver. ¿Somos las que observan o las observadas? Esto es lo que he intentado descubrir a través de plataformas digitales como Google Street View o las pantallas de la ciudad.

En el vídeo, una conversación en alemán suena de fondo, cuentan historias de viajes extraños que mezclan la realidad y la ficción. Pienso en aquellos viajes que nos imaginábamos hacer en nuestra anterior vida, y si lo que estamos viviendo es una ficción o realmente hemos caído en la pura realidad.

 

IG: @yosinegrin