YVES SAINT LAURENT

EL BIOPIC DEFINITIVO DEL MODISTO FRANCÉS

Solo una persona como Yves Henri Donat Mathieu Saint Laurent, más conocido por el común de los mortales como Yves Saint Laurent, podría provocar que, con una distancia de meses, dos directores se interesaran por llevar su vida a la gran pantalla. Si Bertrand Bonello presentaba en el último Cannes ‘Saint Laurent’, sin el beneplácito de Pierre Bergé, pareja y socio de Yves, es ahora ‘Yves Saint Laurent’ de Jalil Lespert, la que se estrena en España precedida por el aplauso más que complaciente de Bergé. Una cinta que a través de una voz en off, en este caso la de Bergé (interpretado por Guillaume Galliene) nos induce a viajar, quizá de manera atropellada, desde 1952 a 1976, en los que vemos como la figura del modisto evoluciona. Desde sus últimos años en Orán (Argelia) donde nació, hasta su primer trabajo como diseñador de la casa Dior, su expulsión inmediata por devastadores desajustes emocionales como resultado de la guerra, posterior creación de su propia marca y de ahí al éxito Haute Couture/Prêt à Porter. Una película que tiene en su protagonista, el actor Pierre Niney, el auténtico éxito de sus casi 2h de metraje y es que su gran parecido con el diseñador, roba cualquier escena. Uno de los más jóvenes integrantes de la Comédie-Française que nos muestra a un Yves despierto, tímido, educado, sensible, inestable, con las ideas muy claras y la única intención de vestir a la mujer por encima de todo y no encasillarse en el camino. Un personaje que aunque, en ocasiones, caprichoso y egoísta, nos lleva a cogerle cariño y a celebrar sus momentos de ternura.
YVES SAINT LAURENT

YVES SAINT LAURENT

Yves Saint Laurent, más que un biopic de un diseñador de moda, es la historia de amor de los personajes principales (Yves y Pierre), en torno a la cual se va erigiendo el genial imperio que llevó al primero a consagrarse como uno de los diseñadores más importantes del s.XX. Una cinta absolutamente atrayente y persuasiva, en la que se nos van deshilvanando los aspectos más íntimos de Saint Laurent de manera elegante y rozando en ocasiones su imagen más salvaje y destructiva, así como su descenso a los infiernos. Un recorrido cinematográfico en el que se van sucediendo personajes como sus musas Loulou de la Falaise (Laura Smet) y Victoire Doutreleau (Charlotte Le Bon); su amante Jacques de Bacher (Xavier Lafitte); diseñadores como Christian Dior (Patrice Thibaud) y Karl Lagerfeld (Nikolai Kinski); la jefa de taller Anne Marie Muñoz (Adeline D’ Hermy) o su madre Lucienne (Marianne Basler) y entornos como el Orán y París de los 50 o el Marrakech y Nueva York de los 60 y 70.

YVES SAINT LAURENT

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Un film que a pesar de caer en el error de dejar bien parado a Pierre Bergé, para mayor gloria de todo el trabajo y servició que le brindó, en la sombra, al couturier francés, no escatima en una puesta en escena espectacular y unas referencias textiles impagables, gracias al haber contado de primera mano con los archivos YSL, lo que nos lleva a ser testigos y aplaudir momentos de genialidad como su colección ‘Mondrian’, su posado desnudo para publicitar su perfume Opium o su esplendoroso desfile ‘Ballet Ruses’ que no solo nos muestra su pasión por el vestuario teatral sino que pone el broche  de oro a la cinta.

YVES SAINT LAURENT

Una historia que conmueve, sorprende, debe gustar tanto a apasionados de la moda como a aquellos que huyan de ella y que dejará para la memoria, el carácter obsesivo del creador del esmoquin como pieza liberadora de la mujer frente al hombre, cuya única misión fue la de crear diseños que pudieran soportar la moda de 10 años, “no solo embelleciendo a las mujeres, sino también para darles seguridad, confianza, y permitirles asumirse”.