El estudio Ad-hoc Arquitectura+Territorio ha transformado una vivienda de los años 60 en un espacio adecuado a las necesidades domésticas de sus nuevos inquilinos, dando como resultado casa f(x). El proyecto introduce la naturaleza en la vivienda mediante un jardín interior en la entrada, además de crear un espacio de estar diáfano y flexible.
En plena pandemia y tras la experiencia vivida durante los meses de encierro acontecidos hace poco más de un año, las solicitudes domésticas de nuestras viviendas han cambiado.
El estrangulamiento de los metros cuadrados que sufrió el mercado inmobiliario los últimos años -materializado en las ya conocidas infraviviendas- junto con las nuevas modalidades de oficina que incluyen espacios de ocio y estar, parece haber llegando a un punto de inflexión. Las demandas actuales reclaman espacios exteriores asociados a las viviendas y una mayor flexibilidad en el uso de las estancias domésticas, para poder compaginar la vida laboral con la personal sin necesidad de desplazarse a la oficina.
Casa f(x) de Ad-hoc Arquitectura parece un presagio de la situación actual. El proyecto se diseñó mucho antes de decretarse el confinamiento, pero incluye en su concepto base muchas de las cuestiones que ahora son reclamadas por la sociedad: un mayor contacto con el exterior, la introducción de jardines naturales en el interior de la vivienda o espacios multi-usos que permitan jugar y trabajar.
Para formalizar dichos aspectos, se inició el proyecto planteando el acceso como una zona exterior –a pesar de tratarse de una vivienda en altura en el centro de Murcia– a modo de jardín, como sucede en las casas unifamiliares de las afueras de la urbe. De este modo, se generó una nueva fachada en el interior de la vivienda, una suerte de membrana plástica y traslúcida que ejerce de filtro con el exterior y nos transporta a una nueva dimensión más sosegada y tranquila.
La distribución interior plantea un cambio radical respecto el estado actual con el que se encontró Ad-hoc Arquitectura. Cuando los nuevos inquilinos, una pareja junto a sus dos hijos y dos gatos (Metro y Milla), adquirieron la vivienda de 1960 se dieron cuenta que contaba con demasiadas habitaciones y largos pasillos para conectarlas todas, una configuración que no respondía a las necesidades actuales de la familia.
Otra característica significativa de esta transformación es su flexibilidad. El espacio central, que corresponde al salón-comedor más una cocina conectada, permite que ésta desaparezca si se desea y la posibilidad de contar con una amplia zona de trabajo, evitando el hecho de aislarse para poder seguir conectados a la vida familiar.
En programa funcional que ha desarrollado Ad-hoc Arquitectura ha tenido muy en cuenta también los espacios de juego; los niños solicitan un espacio común que puede dividirse según se desee, además de contar con una buena iluminación natural. Por su parte, los gatos también reclaman un espacio propio, adecuado a su escala. De este modo, el jardín se materializa en varios armarios móviles, con huecos y escalones pensados para que Metro y Milla puedan jugar, a la vez que acogen la zona de lavado.
El desarrollo proyectual de Casa f(x) no ha sido fácil; durante el inicio del proyecto se plantearon varias propuestas y se desarrollaron en paralelo obteniendo derivas diferentes. Este hecho se asemeja a una función matemática compleja; de ahí su nombre.
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Ficha técnica
Ubicación: barrio de Santa María de Gracia, en el centro de Murcia
Superficie: 134 m2
Equipo: Juan Antonio Sánchez Morales y Joaquín García Vicente
Fecha de finalización del proyecto: 11 de Noviembre de 2020
Fotógrafo: David Frutos
Acerca de Ad-hoc Arquitectura+Territorio
Este estudio con sede en Murcia, inicia su andadura en 1995 con el arquitecto Juan Antonio Sánchez Morales. Desde entonces ha resultado un espacio abierto y dinámico donde la constitución del estudio ha ido variando, estando formada por profesionales de diversos campos, materializando proyectos de escales y tipologías muy diversas. Actualmente está dirigido por Juan Antonio Sánchez Morales y el joven arquitecto Joaquín García Vicente, socio desde 2014.
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