DALLAS BUYERS CLUBMAÑANA, 14 DE MARZO, SE ESTRENA EN NUESTRO PAÍS LA OSCARIZADA PELÍCULA PROTAGONIZADA POR EL EX-TRUE DETECTIVE, MATTHEW MCCONAUGHEY

Dallas Buyers Club, dirigida por Jean-Marc Vallé, se ha convertido en la sensación del año al haber recibido tres premios Oscar en la última edición del certamen: premio al mejor actor protagonista para Matthew McConaughey, mejor actor de reparto para Jared Leto y mejor maquillaje. Con esta premisa, es imposible no sentirse tentado para ir al cine a verla. Además, estos premios no son lo único atractivo y llamativo que rodea al rodaje de la película: Matthew McConaughey perdió 23 kilos para el papel del redneck homofóbico y texano Ron Woodroof, y Jared Leto perdió 14 para interpretar al travesti Rayon. De una forma muy astuta e inteligente, McConaughey ha pasado de ser un actor cómico, un clásico de las comedias románticas o de humor estadounidenses, a ser un actor icono, o it-actor, como os guste más, gracias a esta interpretación y por su papel protagonista en la serie True Detective.

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Dallas Buyers Club nos retrotrae a la era Reagan, a la ciudad de Dallas (Texas) y al año 1985. Basada en hechos reales, el paleto, texano, amante del rodeo y amante del sexo Ron Woodroof recibe la fatídica noticia de que tiene el virus del Sida y que únicamente le quedan 30 días de vida, por ello, debe comenzar a tomar una medicación llamada AZT que, al ser tan fuerte, casi le lleva a la muerte. Aunque en un primer momento la idea de que el Sida únicamente lo pueden contraer los homosexuales, al tener el virus, todo su entorno se cierra en banda y le da la espalda, al no entender (ni razonar, ni asimilar) por qué lo ha contraido. Por ello, decide encontrar, comprar y vender medicación (medicación que por aquél entonces estaba prohibida en Estados Unidos) mucho más suave y avanzada que la que podía encontrar en su país.

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Con la ayuda de Rayona, travesti protagonizado por Jared Leto, y su doctora Eve Saks, que encarna la actriz Jennifer Garner, comienza una red de venta, ilegal, no nos olvidemos, que crece muy rápidamente, tanto así que llega a oidos de la Industria Farmacéutica y la Administración de Alimentos y Medicamentos. Aunque en un primer momento pueda parecer y aparecer la doble moral de, ayuda a los enfermos de sida repudiados por la sociedad vendiéndoles medicamento ilegal, pero no les ayuda porque no le regala los medicamentos sino que los vende, la película sigue siendo una pieza imprescindible al hacernos ver cómo una persona con prejuicios, con aspecto de macho alfa de Malrboro cambia su mentalidad y su estilo de vida al contraer una enfermedad que, por aquél entonces, todo el mundo podía tener, pero era casi tabú. El personaje de Rayona se convierte en imprescindible en la historia porque, al convertirse en socio de Woodroof, aunque en un primer momento sólo se relacionan por negocios, le introduce en el hermético mundo homosexual y, finalmente, se convierte en su amigo y su apoyo.

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No hace falta que os contemos el currículum de los actores, los tres de sobra conocidos, ya sea por True Detective o películas cómicas, en el caso de McConaughey; por películas como Requiem For A Dream, Inocencia Interrumpida, El Club de la Lucha o su grupo 30 Seconds to Mars, en el caso de Jared Leto y, por último, Jennifer Garner, que protagonizó la mítica serie ALIAS (entre muchas otras películas). Lo que más llama la atención de esta película es que se ha intentado llevar a cabo desde el año 1992, año en el que el verdadero Ron Woodroof fue protagonista del reportaje The Dallas Morning News y su historia volvió al punto de mira. Antes de su muerte, en septiembre de ese mismo año, el guionista de la película, Craig Borten, le entrevistó y grabó las conversaciones que mantuvieron para poder escribir la historia de una forma más verídica. En un primer momento iban a protagonizar la película Brad Pitt y Ryan Gosling, pero la hermana de Woodroof no estaba muy convencida de que estos dos actores se parecieran físicamente a los verdaderos Ron y Rayona. Dejando los detalles curiosos a un lado, técnicamente, el cineasta canadiense Jean Marc-Vallé (director también de otras películas como C.R.A.Z.Y) realiza una excelente ejecución al convertir la historia en una narración casi poética: con la dura y seca Texas de fondo, la gama cromática, tan realista y poco original, se convierte en la perfecta compañera visual de una excelente música, que nos guía narrativamente por todo el film. Una película imprescindible no sólo por todos estos motivos ya citados, sino también porque nos muestra que hasta el más Ron Woodroof de todos: obtuso de mente, redneck y amante del rodeo puede convertirse en un héroe / anti-héroe, sin quererlo, ni buscarlo, y menos desearlo.

Dallas Buyers Club se estrena en cines mañana 14 de marzo

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