Entrevista: Erika Lust
Entrevistamos a Erika Lust, la renovadora del porno independiente

Siempre el concepto de industria del porno, ha ido asociado a un género: masculino. Durante años, la pornografía ha sido un producto destinado al consumo para hombres, y creado para su placer y deleite. Tras muchos años con esta situación, dominando el panorama del cine adulto, ha llegado la hora de un soplo de aire fresco, de un cambio. La mujer, reclama su posición como creadora y consumidora y da un golpe sobre la mesa. Una de esas mujeres es Erika Lust, que con su propia productora, promulga una nueva definición de porno, en el que la mujer, tiene el papel protagonista que siempre ha merecido. Hablamos con ella y nos da las claves necesarias, para entender hacia dónde va la industria del cine de adultos en pleno siglo XXI. Bienvenidos a la era de la pornografía 2.0.

¿Cómo tomaste la decisión de entrar en la industria del porno?

Yo nací y crecí en Suecia, y en Suecia existe una buena educación sexual en la escuela y el sexo no es un tabú como en otras países; se puede hablar de sexo y sexualidad con más libertad. Además el feminismo es un tema de conversación a nivel nacional. Por lo que de entrada crecer allí hizo que desarrollara una mentalidad abierta y viera el sexo con la naturalidad que debería mirarse.

Creciendo, había visto pornografía alguna vez. Lo típico de reunirte con tus amigas para ver una peli por primera vez. Pero una vez llegué a la Universidad, donde estudié Ciencias Políticas y Estudios de Género, me topé con el libro de Linda Williams: “Hard Core: Power, Pleasure, and the “Frenzy of the Visible”” y ese fue mi momento ¡”Eureka”!

Nunca había leído nada parecido. Williams realizó el primer trabajo que realmente estudiaba la pornografía como un género con su propia historia, como una forma cinematográfica en sí misma y como una parte muy importante del discurso contemporáneo sobre la sexualidad. Este estudio no miraba la pornografía desde un ángulo moralista, no se dedicaba a juzgar o demonizar el porno, que es lo que suele pasar, sino que analizaba los tropos de la narrativa de la pornografía “mainstream” (convencional).

En ese momento mi mente hizo un “click” y comencé a sentir el deseo de participar en ese discurso sobre la sexualidad contemporánea. Sobre todo de combatir ese discurso monologuista del porno “mainstream” que no refleja la realidad del sexo y donde sólo hay una perspectiva, que es la masculina. Sobre todo la de un prototipo específico de hombre.

Además como amante y fanática del cine la manera tan vulgar en que veía que se realizaba el porno me horrorizaba; nunca entendí porque para ver sexo en pantalla tengo que verlo retratado de esa manera. Así que cada vez tenía más y más ganas de crear algo distinto dentro del género, algo que reflejara mis gustos cinematográficos y también mis ideas y valores y por supuesto eso implicaba incluir a las mujeres como lo que son, sujetos activos de deseo, no objetos, y dar importancia a su placer.

De todas maneras quiero matizar que yo no considero que esté dentro de la industria del porno. No la que se entiende como industria que es la industria de la pornografía convencional. Yo formo parte de un nuevo tipo de cine adulto realizado principalmente por mujeres que se esfuerza por crear un cine realista y artístico, estéticamente bonito y cautivador y donde hombres y mujeres se representan como colaboradores en el sexo fomentando la cultura del consentimiento. Algo que no tiene nada que ver con la mayoría de lo que la industria realiza.

Entrevista: Erika Lust

¿En que momento te das cuenta el cine de adultos está demasiado dirigido al hombre, y decides tomar cartas en el asunto para que esto cambie? ¿Qué aspectos te hacen ver que el cine de adultos tiene que cambiar y te llevan a poner en marcha tu propia productora?

Por mi trayectoria académica y mi educación para mí fue bastante sencillo darme cuenta de que el porno convencional no sólo está hecho para hombres sino que es claramente sexista. Recuerdo estar en la Universidad y decidir ver una peli porno con mi novio. La sensación que tuve era mixta. Una sensación de excitación por ver sexo en pantalla y a la vez de repulsión y disgusto al ver que la mujer era un mero objeto. Si uno hace un ejercicio crítico y de verdad quiere verlo puede darse cuenta de que un 99% de toda la pornografía online que existe representa a la mujer como una herramienta que los hombres utilizan para conseguir su placer. El placer femenino no importa lo más mínimo. De hecho, las mujeres no se corren, la escena finaliza cuando el hombre eyacula. Por no hablar del sexo oral a la mujer, es prácticamente inexistente. La mujeres son retratadas como objetos sexuales que carecen de deseos, gustos y sexualidad propia. No tienen autonomía para decidir qué quieren, cuando y cómo lo quieren.

Ésto fue algo que tuve presente mucho tiempo. Una vez ya estaba viviendo y trabajando en productoras de publicidad en Barcelona, decidí hacer lo que llevaba tiempo pensando. Así que invertí mi dinero en realizar “The Good Girl” y en tres meses la película había tenido casi 2 millones de descargas. En ese momento fue cuando me dí cuenta de que había más personas, hombres y mujeres, que querían ver otra cosa. Y así fue cómo comencé. En 2004 creé Erika Lust Films y desde entonces, he dirigido cuatro películas hasta crear en 2013, el proyecto web XConfessions, un espacio donde los usuarios pueden ver una serie de cortometrajes basados en sus propias (y anónimas) fantasías sexuales. Cada mes, escojo dos de las fantasías recibidas y los convierto en cortos eróticos explícitos. ¡Ya llevamos más de 100 cortometrajes!

Entrevista: Erika Lust

¿Está siendo complicado destruir la creencia de que el cine porno es algo de consumo rápido y poco cuidado a nivel creativo?

Por supuesto, es algo muy complicado de cambiar. Hace ya cuarenta años desde que se vivió la Edad Dorada del Porno, una época en la que los valores de producción dentro del género se elevaron mucho y el porno se podía ver incluso en las salas de cine convencionales. Porque supuso una herramienta para la liberación sexual de la mujer, porque estaba bien rodado, había buenas películas y ¡merecía la pena verlo en grande! Poco después aparecieron las primeras directoras feministas, reivindicando la sexualidad femenina y rompiendo con el discurso imperante. De esto, como digo, hace ya cuarenta años. ¿Cómo es posible que, desde entonces, esta lucha feminista no haya tenido más visibilidad o influencia en la gran industria del porno, y los altos valores de producción que se comenzaron a promover no hayan seguido una línea más artística?

Sin duda, la popularidad del VHS en los 80 y su entrada en las casas al alcance de cualquiera provovó que el dinero se impusiera sobre el valor que podía tener como herramienta social. Cualquiera podía coger una cámara y grabar una escena en cualquier sofá. Así comenzó la “producción industrial” del porno. Al mismo tiempo que una mujer como Candida Royalle estaba realizando algo interesante, miles de hombres cogieron sus cámaras y comenzaron a grabar a costes bajísimos lo que luego podía ver cualquiera en la intimidad de su hogar. De nuevo, en cierta modo, el sexo y la conversación entorno a éste volvieron a relegarse a la esfera privada volviendo a convertirlo en tabú.

Después con la era de Internet han cambiado mucho más las cosas. Mucha pornografía está a un sólo click de distancia y es gratis lo que ha contribuido muchísimo a esta idea del porno como algo de consumo rápido y poco cuidado, como dices. Muchísimas veces leo comentarios en entrevistas que doy del tipo “el porno es porno”, “qué chorrada”, “ya está otra vez el feminismo metiéndose en todo”… el hecho que la pornografía haya sido monopolizada por los hombres, no quiere decir en absoluto que lo que hacen ellos sea lo único que es la pornografía. La pornografía puede ser muchísimo más rica y variada. Mi productora es un ejemplo. Haciendo algo completamente distinto, ha crecido mucho durante los últimos años y cada vez hay más gente que paga por ver mi trabajo y el de otras directoras afines. Eso demuestra que hay personas que quieren ver otra cosa. Algo que sí que vale su dinero. Gente que se ha cansado de ver situaciones absurdas que se repiten una y otra vez, con una realización deplorable y unos valores morales cuanto menos cuestionables. Ya no les convencen los personajes cortados bajo el mismo patrón, que condenan a los hombres a no tener ni un ápice de inteligencia sexual y a las mujeres a adoptar el papel de objetos complementarios cuyo placer carece de importancia. Hay gente que quiere algo más interesante, algo más estimulante para ellos y para su vida sexual y algo con lo que incluso se pueden identificar.

Entrevista: Erika Lust

¿Cuáles son las claves que crees que deben estar presentes en una película, según tu concepción del cine adulto?

Para mi la filosofía para un nuevo cine adulto se basa en 4 ideas principales: el placer femenino importa, el cine adulto puede tener valores cinematográficos, debe haber variedad en la representación de cuerpos, razas y edades, el proceso de producción debe ser ético. Éste ultimo es fundamental para que casos como el último abuso en set a la performer Nikki Benz por parte de Brazzers no ocurran.

La alternativa que quiero seguir creando, ahora junto a otras mujeres directoras, es un cine adulto con capacidad para transmitir sensaciones y experiencias distintas en el espectador. Mostrar un punto de vista femenino sobre la sexualidad, el sexo y los roles de género, invirtiendo además en valores artísticos. Que represente diversidad de situaciones, personajes, fetichismos y maneras de tener sexo, y donde, ante todo, se fomente la cultura del consentimiento.

El respeto por el placer de todas las partes es imperativo. Yo siempre hago mucho hincapié en el placer femenino, pero simplemente porque parte de una situación de desventaja respecto al masculino, protagonista absoluto del porno mainstream. Por todo ésto, el casting es tan importante. Los performers con los que trabajo son “sex positive”, están orgullosos de lo que hacen y quieren complacer a sus compañeros de escena.

Entrevista: Erika Lust

¿Qué requisitos ha de cumplir una directora para que sea seleccionada en tu productora? ¿Y una actriz?

A través de este Open Call, buscamos mujeres con proyectos afines a la filosofía que te he mencionado, a las que les haga falta financiación para llevarlos a cabo y que quieran crear una alternativa a la pornografía tradicional. Si finalmente lo aceptamos, yo ejercería de productora ejecutiva. En ese sentido, ¡estoy abierta a todo tipo de propuestas! Lo hemos planteado como un ‘ongoing project’, es decir, que no tiene fecha de finalización. Tenemos las puertas de Erika Lust Films abiertas para todo lo que llegue en los próximos meses e incluso años. No hay una fecha límite si el proyecto vale la pena.

En los últimos dos volúmenes de XConfessions que hemos sacado he incluido cortos dirigidos por directoras invitadas que no tienen nada que ver entre ellas! Películas muy distintas entre sí con distintas perspectivas sobre el sexo y una cinematografía muy distinta. En el volumen 7 tenemos desde “The Bitchhiker”, donde hay una escena de “pegging” sublime y sensual, “Somos Solo Cuerpos”, que tiene un ritmo mucho más parecido a un videoclip, y ” Female Ejaculation”, que tiene un toque sexy y cómico. Tres mujeres con tres formas de ver el cine distintas. En el Vol. 8 por el contrario, encontramos un corto dirigido por la fabulosa Hadas Hinkis llamado “Meanwhile in a Parallel Universe” que es algo único en XConfessions!

Respecto al casting, éste es fundamental y los performers son lo más importante para mi. Si una de mis metas como directora de cine adulto es que haya pasión, deseo y disfrute en la pantalla, y que eso se transmita a los espectadores, es evidente que las personas que protagonizan el momento han de ser las adecuadas, en sí mismas y con su compañero (o compañeros) de escena. Es esa chispa, esa química, lo que eleva una película porno convencional a una explosión de erotismo y lujuria.

La verdad es que nuestro proceso de casting es largo y a veces complicado. Intentamos asegurarnos de que los performers son ‘sex-positive’ y amantes buenos e inteligentes en la cama (o donde sea). Ese es el tipo de gente que a mí me gusta ver en el porno, gente entusiasta e involucrada en lo que está haciendo. Durante el rodaje los llegamos a conocer muy bien. Descubrimos quiénes son, qué les gusta, qué hacen en sus vidas y, a través de todo eso, vamos viendo si su concepto del erotismo y del sexo conecta con el nuestro. En definitiva, si comparte nuestros valores. En una pornografía que quiere ser ética, diferente y feminista, ésto es crucial.

Entrevista: Erika Lust

¿Cómo es la mujer que podemos encontrar en tus películas?

No hay sólo una, ¡hay muchísimas! Esta es una de las grandes diferencias entre mis películas y el porno tradicional: no existe sólo un tipo de mujer. ¿Acaso no es así en la vida? ¿No existen mujeres tímidas y lanzadas, altas y bajas, gordas y delgadas, sumisas y dominantes? Estoy orgullosa de que en mis producciones aparezcan mujeres de todo tipo, porque en la variedad está la verdadera riqueza.

Como mujer y además parte importante de la industria ¿Qué crees que quieren encontrar las mujeres en el cine porno y erótico?

Muy simple: una representación del sexo que no les haga sentirse incómodas. Que no les haga pensar que una mujer tiene que estar al servicio del placer masculino en una relación, que no les haga sentirse mal con sus cuerpos, que no les engañe diciéndoles que llevar tacones durante el sexo es algo normal o que hay que chillar mucho y muy fuerte para llegar al orgasmo sin apenas haber tenido preliminares.

Pero luego también nos podemos encontrar en los tubes vídeos bajo la etiqueta ‘female friendly’, que vienen a decirnos que las mujeres queremos ver pétalos esparcidos sobre la cama y una escena pre-sexual en la que hombre y mujer pasean juntos por el parque mientras alimentan a las palomas. Ambos modelos me parecen igual de pobres, y a muchas mujeres también. Por eso creamos una alternativa más realista e interesante, sexy y femenina que represente variedad de deseos y fantasías que hay.

¡Y esto no es algo que busquen sólo las mujeres! Muchísimos hombres están cansados de los códigos habituales del porno y buscan cosas diferentes. Por eso he abierto un cine online, Erotic Films, donde intento aunar multitud de propuestas innovadoras y excitantes para un paladar, digamos, algo más exigente. Así nadie tiene que subscribirse sino que puede alquilar distintos tipos de películas y ver si le satisface esta alternativa y le da una oportunidad

Entrevista: Erika Lust

Con tu apoyo a las nuevas directoras, estás allanando el terreno para que el cine de adultos se haga por y para mujeres ¿cuáles han sido las propuestas más interesantes que has recibido hasta el momento?

Tengo que corregirte: no quiero que el cine de adultos se haga por y para mujeres. Yo no hago porno para mujeres, aunque ha sido un gancho publicitario muy utilizado por algunas publicaciones. Lo cierto es que aproximadamente la mitad de mis usuarios son hombres, lo que me demuestra que los valores que yo promuevo no están hechos exclusivamente para las mujeres. Por supuesto, todo mi discurso gira entorno a nosotras, porque nos merecemos de una vez ser reconocidas sexualmente de una forma activa y generosa, y nos merecemos tener las mismas oportunidades que los hombres para estar detrás de la cámara y crear nuestras propias historias, pero eso no quiere decir que sea un producto cerrado a un sexo.

¿Qué consejos y recomendaciones darías a los espectadores para cambiar su concepción del cine de adultos?

Que entren en XConfessions o en Erotic Films y vean tan sólo unos pocos trailers. Estoy segura de que les sorprenderá lo que ven.