Autorretrato en el espacio, 1987, y Autorretrato en el tiempo, 1981-2009-en curso. Vista de la exposición en el Centro Galego de Arte Contemporánea, Santiago de Compostela, 2012. Fotografía: Paco Rocha
La muestra, que reúne objetos, instalaciones y documentación de performances, está organizada en cuatro bloques en los que el tiempo, el infinito, la repetición y la presencia, serán conceptos esenciales para entender la obra de Esther Ferrer.
El Centro Galego de Arte Contemporáneo, acoge hasta el próximo 30 de septiembre, la exposición Esther Ferrer. En cuatro movimientos, organizada por Acción Cultural Española (AC/E).
Esther Ferrer. En cuatro movimientos no es una exposición antológica ni una retrospectiva de la artista si no una manera de visualizar los conceptos esenciales que presidieron y presiden todo el trabajo de la guipuzcoana: el tiempo, el infinito, la repetición y la presencia. De este modo, la exposición se construye en torno a esos cuatros conceptos, representados cada uno de ellos mediante distintas obras de Esther Ferrer: piezas de carácter objetual, instalaciones realizadas en la propia sala y performances.
Esther Ferrer, nacida en Donosti en el año 1937 es conocida por emplear las performances como principal forma de expression y exhibición en festivales de todo el mundo. A lo largo de su trayectoria, orientó su trabajo cara a acciones efímeras más que cara a un tipo de producción artística permanente y, regularmente, expone su trabajo plástico en museos tan reconocidos como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, Galería Trinta de Santiago de Compostela o Staatsgalerie Stuttgart.
Hasta el 30 de septiembre. CGAC. Rúa Valle Inclán s/n. Santiago de Compostela
Serie Pi, 1987-2009-2010. Vista de la instalación en el Centro Galego de Arte Contemporánea, Santiago de Compostela, 2012. Fotografía: Paco Rocha
Instalación con sillas, 2012. Vista de la instalación en el Centro Galego de Arte Contemporánea, Santiago de Compostela, 2012. Fotografía: Paco Rocha
En el marco del arte, años 80. Vista de la instalación en el Centro Galego de Arte Contemporánea, Santiago de Compostela, 2012. Fotografía: Paco Rocha
