Azab, el estudio de arquitectura bilbaíno, consolida la defensa de su discurso con su nuevo proyecto Frame House. Sí, es posible hacer buena arquitectura para todos los bolsillos.
Al igual que en todos sus proyectos anteriores, Azab resuelve una problemática existente a través de la arquitectura como medio. La estratégica distribución del espacio y la buena ejecución material, consiguen equilibrar la balanza entre función y estética. Frame House (Olabeaga, Bilbao) era una vivienda convencional, sobre compartimentada y con espacios monofuncionales mal iluminados.
Foto superior: Azab Frame House: interior de la cocina con la singular campana extractora.
Azab Frame House: vista desde la cocina hacia el resto de espacios polivalentes divididos por paneles.
El desafío de otorgar a una vivienda múltiples funciones con un muy bajo presupuesto.
El reto consistía en transformar, con un presupuesto muy escaso, estos 70m2 para adaptarse al modo de vida de la pareja que la habitaría. Tanto ella, periodista, como él, profesor, comparten un interés mutuo por la música. Su objetivo era “darle un aire” al espacio. Ellos buscaban conseguir distintas estancias para trabajar, ensayar, descansar y disfrutar, pero desconocían cómo podría solucionarse.
Azab, en cambio, sí tenía clara la intervención necesaria. Bastaba con llevar a cabo un ejercicio de limpieza y búsqueda de lo imprescindible. Una vivienda pequeña que requiere múltiples funciones, exige mutabilidad. Al eliminar tabiques innecesarios y paneles translúcidos deslizantes, se conseguía un espacio más abierto y flexible. Tanto para el libre movimiento y la función, como para la iluminación natural de cada área.
Azab Frame House: detalle baldosa sobre el pavimento de madera y mampar traslúcida.
Distribución, color y cómo conectar lo viejo y lo nuevo en el espacio.
Este sistema de mamparas transparentes colgadas de raíles instalados en el falso techo, permiten una completa continuidad en el pavimento. Se evitan compartimentaciones visuales y, como consecuencia, en la percepción del espacio.
Azab Frame House: contraste de color entre el mueble, la baldosa y la campana extractora.
Uno de los detalles, sin embargo, que conecta esta vivienda del siglo XX con lo que fue, se encuentra, precisamente, en el suelo. La disposición de una serie de baldosas azules, cubren la huella de los tabiques que fueron demolidos. De este modo, se pudo mantener, el suelo original si tener que parchearlo.
Azab Frame House: vista de la encimera de la cocina.
Azab utiliza el color una vez más, para enfatizar el poder transformador de la arquitectura y de la práctica estética. Su resultado, como han contado en otras ocasiones, permite apropiarse de un objeto, destacar un espacio o transformar la percepción de un material. Así, acentúan, con naranjas y azules, la cortina, la campaña extractora o el mueble de la cocina. Justo los mismos elementos que permiten el buen funcionamiento de la vivienda. Sin pasillos y sin puertas abatibles, los muebles y particiones estructuran los distintos ámbitos. Sin tabiques que estanquen los olores, el buen funcionamiento de la campana industrial permite la liberalización del espacio.
Azab Frame House: vista de la cortina como uno de los elementos divisorios.
Arquitectura para todos
El resultado es una vivienda fresca, contemporánea y renovada. Adaptada a los propietarios y a las nuevas formas de vivir que surgen hoy en día. Con distintos espacios diferenciados, pero conectados, con capacidad de funcionar como sala, comedor, dormitorio, despacho o estudio. Una solución capaz de multiplicar las posibilidades de una casa.
Azab Frame House: detalle de los materiales principales de la vivienda.
Azab demuestra así, cómo la arquitectura bien pensada tiene capacidad de resolver los problemas de las personas. Incluso, con presupuestos limitados o escasos. En este caso concreto, la vivienda pudo llevarse a cabo por un precio inferior a 300€/m2. Soluciones actualizadas para los tiempos que corren.
