GIRLS

“FATHER, SON, HOLY GHOST”… NO ES UNO, SINO TRINO

Cuando tu primer disco tiene una gran repercusión, es unánimemente alabado y se convierte en una referencia, debe de ser difícil plantarse en el estudio para grabar un segundo trabajo, con la certeza de que son muchos los que esperan, con una mezcla de curiosidad y mala leche. ¿Qué hacer? ¿Repetir el esquema? ¿Reinventarse? No. La mejor opción parece ser afrontarlo con honradez y confiar en tu talento. Si la primera vez salió bien… Sin duda la segunda puede ser aún mejor. Porque el nuevo trabajo de Girls, ‘Father, Son, Holy Ghost’ (True Panther Sounds / [PIAS] Spain), parece fruto de la exploración concienzuda de las sendas de ‘Album’. Algo que Christopher Owens confiesa, “soy el mismo, todavía sé cómo hacerlo. Amo la música y amo escribir canciones”. Es sin duda este amor lo que le permite, junto a Chet White, llevar sus temas mucho más lejos, crear ambientes que, desde el simple sonido, dan la sensación de tomar forma propia. Pero no es bastante. Una vez alcanzada la fuerza lírica, hay que ser capaz de llevarla a cabo en diferentes estilos, si lo que se pretende es hacer una obra sólida y no solo un single potente. Ningún problema. En ‘Father, Son, Holy Ghost’ se percibe esta apuesta corte a corte. El disco se abre con los ecos cincuenteros de ‘Honey Bunny’, después de la más convencional ‘Alex’, ‘Die’ es una sorprendente  descarga hard-rock por momentos cercana a ‘Highway Star’ de Deep Purple. Pero hay más, mucho más. ‘Vomit’ nace muy abajo y termina en una explosión de órgano Hammond y coros góspel y, justo después, ‘Just a Song’ pone la nota de sensibilidad acústica. Pero hay algo más difícil que componer once canciones de estilos dispares. Lo complicado es construir un disco con estos mimbres que, desde la diversidad, suene con una obra única, coherente y reconocible. Y eso solo puede hacerse de un modo. Con amor.

“Father, Son, Holy Ghost” se pone hoy, 12 de septiembre, a la venta