José Gallego, como muchos jóvenes diseñadores de moda, nos habla de sostenibilidad y creatividad en su nueva colección Casa Sonia, interpretada visualmente por Patricia Vargas.
En este caso, descubrimos el trabajo de José Gallego a través de un joven fotógrafa de moda. Ella es Patricia Vargas, fotógrafa valenciana de 26 años. Sus proyectos fotográficos se centran en proyectos por y para mujeres, desde lo personal a lo comercial. Su objetivo es transmitir la idea de que pensar local hace mejorar lo global. Es ella la que nos presenta la colección Casa Sonia del joven diseñador de moda José Gallego. Una propuesta basada en la obra de la artista Sonay Delaunay. Para realizar esta colección de moda, José Gallego ha recurrido a materiales donados y reutilizados. “A través de esta onírica editorial descubrimos el mundo de Sonia Delaunay: pintora, diseñadora y creadora de la corriente artística del simultaneísmo. Exploramos sus formas y colores, como si caminaramos por el interior de uno
de sus diseños y pinturas” comentan los responsables de esta historia de moda.
Fotografía: Patricia Vargas @patriciadrama
Diseño y estilismo: José Gallego @josegallegob
Directora de arte: Elena López @elena.lopez.g
MUAH: Sandra Rigby @iamsandrarigby
Modelo: África Belmonte @afrybl @5.0modelsmanagement
Asistente de fotografía y arte: Elena Peñarrocha @elena_ptarrega
Entrevista con José Gallego, representante de una nueva generación de jóvenes diseñadores de moda.
¿Cómo habéis formado este equipo de trabajo para realizar este shooting?
Durante la carrera coincidí en varias asignaturas con Elena López (directora de arte) y siempre hemos tenido una gran admiración mutua. Al año de haber acabado el grado me contactó con la propuesta de crear un proyecto editorial fotográfico en colaboración con la fotógrafa Patricia Vargas y mis colecciones. A partir de entonces comenzamos a formar el equipo con Elena Peñarrocha y la maquilladora Sandra Rigby. Creando así un grupo de amigos y creativos que se admiran entre sí, con ganas de seguir creciendo y aportando los unos a los otros.
¿Has estudiado Bellas Artes en Valencia? ¿Qué te ha aportado la carrera como diseñador de moda?
Sí, en la Universidad Politécnica de Valencia. La verdad es que Bellas Artes me ha aportado muchísimo en distintos aspectos del proceso de mis colecciones. La concepción escultórica de los volúmenes, la creación de diseños como composiciones pictóricas y sobre todo una gran base de referencias artísticas que continuamente me ayudan a desarrollar mi práctica artística.
¿Cuál es tu aproximación a la moda? ¿Es más emocional o funcional?
Definitivamente diría que emocional. Es cuando la pieza me hace sentir algo que sé que el diseño va en la dirección correcta. La funcionalidad también es algo importante para mí, crear un movimiento fluido, una facilidad en el vestir…, pero siempre condicionada a la emoción que sugieren las piezas.
¿Qué te interesa más o qué valor das a las distintas partes del proceso creativo en la moda? ¿La conceptualización? ¿El diseño? ¿El patronaje? ¿La confección?
La conceptualización es una etapa del proceso de diseño a la que estoy intentando dar más importancia últimamente, ya que veo que me ayuda a llegar a resultados más interesantes, menos obvios. Sin embargo, es siempre la parte técnica en la que veo que acabo empleando más tiempo; la elección de los materiales, la obtención de los volúmenes, las costuras, el planchado, el entretelado… En el momento en el que me pongo a obtener los patrones y a coser las pruebas es cuando más cómodo me siento y donde veo de verdad lo que puedo crear y cómo lo quiero hacer.
¿Cuánto tiempo llevas en la creación de moda?
Antes de empezar la universidad ya sabía que me quería dedicar a la creación de moda y también sabía lo complicado que es introducirse en esta industria, por lo que me propuse realizar pequeños proyectos o colecciones para mejorar mi técnica y proceso. Desde el 2014 he estado creando con una mejora progresiva, siempre con el apoyo de mi familia y amigos; de hecho, era Marta, mi amiga de la infancia, la que siempre se probaba todo lo que cosía para fotografiarlo después.
De momento, ¿cómo rentabilizas tu trabajo?
Por lo que respecta a la rentabilización, he realizado pequeños proyectos creando ilustraciones y láminas. Sin embargo, con lo que me siento más cómodo es con la creación de conjuntos a medida. He tenido la oportunidad de llevar a cabo una gran cantidad de piezas ya sea para eventos o para el día a día, poniendo en práctica cortes y técnicas desarrolladas en mis colecciones, aplicándolas a prendas más polivalentes, realizando también bolsos y diferentes accesorios. Es cuando la gente confía en mí para poder crearles algo personal e individual cuando disfruto verdaderamente, esa es la experiencia que no quiero perder una vez comience a comercializar mi trabajo para el gran público.
¿Eres más de crear piezas sueltas o colecciones?
Cuando es para una persona en particular disfruto mucho creando el diseño adecuado a esa ocasión y su personalidad. Si no, prefiero la creación de colecciones para profundizar más sobre las referencias, técnicas y volúmenes aplicándolos a diferentes piezas.
Las prendas que vemos en este shooting con Patricia Vargas están inspiradas en el trabajo de Sonia Delaunay. ¿Qué consideras relevante de esta artista?
De Sonia Delaunay admiro cómo ha llevado su obra y su concepción artística a tantos aspectos de su vida. Ha creado trajes de teatro, estampados textiles, líneas de ropa, cuadros, láminas de acuarela, diseños gráficos, diseños para el hogar… Es una artista integral con una visión del color y la composición muy concreta, que para esta colección me ha ayudado mucho.
Comenta la ndp que todos los materiales empleados en estos vestidos han sido donados. ¿De dónde proceden?, ¿de retales virgenes olvidados en algún taller o de vestidos ya confeccionados vintage? En términos de sostenibilidad, ¿cuál sería la diferencia entre eso o pillar en una mercería un retal que ya exista?
La creación de esta colección en concreto viene de la necesidad de emplear todos los tejidos que había acumulado con el tiempo. Siempre he recibido mucho apoyo por parte de mi familia y amigos, muchas veces traducido en bolsas llenas de las cortinas de casa que ya estaban muy gastadas, la ropa de cama que tenían y no utilizaban y retales de composturas que nunca se llegaron a finalizar (ya que en mi familia siempre ha existido una gran tradición de confección y composturas). También he empleado algunas prendas vintage como forros de chaquetas, trozos de faldas y pantalones, pero en menor proporción a los tejidos.
Todas estas telas en sí mismas me resultaban muy difíciles de utilizar, ya fuera por su tamaño o por su calidad, por lo que me propuse encontrar una manera de redefinirlos y ubicarlos en un nuevo contexto.
La sostenibilidad es compleja de definir; ya el solo hecho de estar constantemente produciendo no es sostenible. La manera en la que tratamos cada objeto, dónde los compramos y cómo los cuidamos es lo que importa en la visión global de la sostenibilidad tanto de recursos naturales como humanos.
¿Cuántas horas de trabajo lleva cada una de las prendas que vemos en las fotos?
De los vestidos que se ven en las imágenes, es el del cancán blanco con la composición de los círculos coloridos el que más tiempo me ha llevado crear con aproximadamente unas 100 horas de trabajo. Tuve que realizar el cancán con diversas capas para obtener el volumen justo, además de crear el corset que sostiene las formas y las propias formas, que son tiras del tejido cortado al bies y cosidas de manera superpuesta.
Para los otros conjuntos, al ser una silueta más sencilla, he empleado alrededor de 50 horas para cada uno, contando el patronaje, corte y confección. Esta colección en concreto lleva muchas horas de trabajo debido al hecho de que los tejidos empleados se han creado prácticamente desde cero; si no, habitualmente, un conjunto puede elaborarse en unas 20h.
¿Cómo enfocas tu carrera dentro de la moda? ¿Como diseñador independiente con tu propia firma José Gallego, o dentro de una estructura más industrial?
He disfrutado mucho estos años en los que he podido diseñar libremente, sin preocuparme de crear un producto comercial o “popular”. A pesar de ello esta estructura de trabajo no la veo sostenible económicamente a largo plazo.
En la actualidad para poder ampliar mis estudios, curso un máster en alta costura en Accademia Costume e Moda en Roma, que me permite profundizar en las técnicas y el proceso de diseño de una manera más cercana a los estándares de la industria. Me gustaría, una vez tenga un portafolio potente, introducirme en la estructura industrial de la moda y aprender de las empresas, absorber los procesos y las metodologías para, quizás, en un futuro no muy lejano, poder crear una marca fuerte y rentable en la que desarrollarme.
Independientemente de la comercialización y la búsqueda de unos ingresos estables, me gustaría seguir creando con libertad, defendiendo siempre la confección a medida y una moda más lenta y cercana.
