Katie Paterson es una artista escocesa cuya producción artística se centra en la investigación de elementos o fenómenos naturales de difícil acceso para el ser humano.
Katie Paterson concluyó sus estudios en 2007, en la Escuela de Bellas Artes Slade de Londres. Presentando como trabajo final la obra “Vatnajökull (the sound of)”. Para conformar la obra, Katie Paterson , creó una línea telefónica en vivo, que conectaba al oyente con el glaciar islandés, Vatnajökull, a través de un micrófono sumergido en la laguna Jökulsárlón. Un letrero de neón blanco con el número de teléfono 07757001122, y fotografías del glaciar, colgaban en una de las paredes de la galería de la escuela de Bellas Artes Slade, y durante un periodo de tiempo específico, fue posible llamar al número, desde cualquier teléfono del mundo. A través de la llamada el oyente podía escuchar en directo cómo se derretía el glaciar.
Katie Paterson, consiguió darle voz a la tierra, llamando la atención sobre un espacio concreto, pero casi inaccesible al ser humano. Unía así dos espacios distantes, el urbano y el natural. Virtualizó al espectador y lo transportó en directo, al lugar donde se estaba produciendo la acción. Katie Paterson llamaba la atención del espectador, apelándole y mostrándole la relevancia de intervenir y responsabilizarse de la situación.
Las imágenes de la muestra, el teléfono o, el glaciar no eran la obra en sí, sino un conjunto de elementos que conformaban un todo. Donde el resultado final no llegaba al espectador, sí este no decidida actuar. De este modo, Katie Paterson , exploraba las maneras de recibir la información e interpretarla, ya que cada visitante percibía un momento concreto, y el resultado del sonido escuchado cambiaba, dependiendo del momento en el que realizaba la llamada. Demostrando así la auralidad de la obra, es decir, el interés por la percepción y la propuesta de entender el espacio en su relación con el tiempo. Cabe destacar en este sentido las palabras de la artista en relación a la obra
“La idea de que el trabajo nos permite escuchar lo que equivale al sonido del calentamiento global y al mismo tiempo contribuir a él es interesante. Nos hemos familiarizado terriblemente con las fotografías que intentan impactarnos en la acción del cambio climático, pero escucharlo en vivo es, de alguna manera, otra cosa muy distinta”.
Consiguió conectar a los espectadores de una galería, con un evento natural, políticamente significativo, logrando captar la realidad del cambio climático a un nivel más profundo.
Autora post: Izaskun Pangua Cedillo
