Entrevista a Miju Lee, creadora de un lenguaje visual delicado en el que conviven escenas cotidianas, emociones contenidas y elementos simbólicos.
La obra de la artista coreana Miju Lee se mueve entre la dulzura y la inquietud, entre lo onírico y lo cotidiano. Su universo visual, habitado por personajes de formas blandas y expresiones contenidas, nace de una sensibilidad profundamente introspectiva que traduce emociones complejas en escenas de apariencia amable pero cargadas de misterio.
Imagen superior: You and Me. Gwacheon Maca, 2020. Foto: Estudio Jeongbiso.
Canart Ibiza. Labibi Gallery, 2023. Foto: Grimalt de Blanch.
Afincada entre Barcelona y Seúl, Lee combina dibujo, pintura y escultura para construir relatos íntimos y abiertos, donde la experiencia personal se filtra a través de lo simbólico. En esta entrevista la artista habla de su proceso creativo, de la influencia del diseño en sus inicios y de cómo surgió su emblemático personaje Yeti, una figura que encarna su lado más vulnerable y que ha ido evolucionando con ella. Miju Lee nos invita así a adentrarnos en su imaginario para explorar lo invisible, lo frágil y lo esencial.
Canart Ibiza. Labibi Gallery, 2023. Foto: Grimalt de Blanch.
Del diseño al arte: una búsqueda interior
Belén Vera: Comenzaste estudiando diseño industrial y trabajaste como diseñadora de producto. ¿Qué te llevó a transicionar hacia las artes plásticas y cómo influyó esa formación en tu trabajo artístico?
Miju Lee: En realidad, nunca había pensado en ser artista. Siempre me consideré una persona bastante introvertida, y tenía la idea de que para dedicarse al arte había que tener una energía arrolladora, como la de Picasso. Por eso estudié diseño industrial y trabajé en un estudio de diseño, pero pronto me di cuenta de que no era lo que buscaba: sentía un gran conflicto entre lo que hacía y lo que sentía por dentro. Por casualidad, una amiga que vivía en Barcelona me animó a ir allí una temporada. Era la primera vez que viajaba a Europa y todo me resultaba nuevo. No hablaba el idioma, pero la gente era muy abierta y acogedora. Fue una experiencia que me sacó de mi rutina.
Hidden Thread. Seoul, Seojung Art, 2025. Foto: Seojung Art.
Sin ningún plan claro, les dije a mis padres que quería estudiar cerámica y me instalé en Barcelona. La vida allí era sencilla y pausada, y como no podía comunicarme bien, empecé a mirar más hacia dentro. Dibujar era algo que siempre había hecho para trabajar como diseñadora, pero allí empecé a hacerlo con libertad, sin objetivo, como cuando eres niño. Dibujaba cada día y poco a poco eso fue tomando forma. Una amiga artista, ceramista, a la que retraté un día, valoró mucho ese dibujo y me animó a enseñar mis trabajos. Me presentó a un espacio pequeño en Barcelona donde se hacían exposiciones y talleres, y así hice mi primera muestra. A partir de ahí, todo empezó.
Hidden Thread. Seoul, Seojung Art, 2025. Foto: Seojung Art.
“Los temas que trabajo están muy ligados a mi entorno y a lo que siento, pero no me interesa explicarlos de forma literal. Me gusta construir imágenes simbólicas, cargadas de misterio, que sugieran más que cuenten.” Miju Lee
Monomythology, 2024. The Hole NYC
B.V.: Tu obra se adentra en emociones y vivencias personales. ¿Cómo traduces esos sentimientos en imágenes y qué tipo de conexión buscas generar con el espectador?
Miju Lee: Los temas que trabajo están muy ligados a mi entorno y a lo que siento, pero no me interesa explicarlos de forma literal. Prefiero construir imágenes simbólicas, cargadas de misterio, que sugieran más que cuenten. En el proceso, voy combinando objetos o elementos que aparecen como fragmentos, y juntos crean una escena que puede parecer cotidiana pero tiene algo de mitológico. Cuando estoy creando, hay emociones o conceptos que quiero expresar, pero no los represento de forma explícita. Las figuras o personajes que pinto suelen tener una expresión suave, ambigua, algo que no es ni claramente alegre ni triste. Así, cada espectador puede interpretar la obra de manera distinta, según cómo se sienta o lo que esté viviendo. Me gusta pensar que la obra se completa en esa relación con quien la mira, que está viva. Últimamente, diría que busco transmitir una energía sutil pero intensa, una forma de afrontar la vida que me gustaría compartir a través de mi trabajo.
Zup Zup. Busan Shinsegye Gallery, 2022. Foto: Studio Jeongbiso.
“En Corea hay una expresión que se usa para describir ese estado mental en el que estás medio en las nubes, sin pensar en nada. Cuando entro en ese estado, veo las cosas de otra forma.” Miju Lee
You and Me. Gwacheon Maca, 2020. Foto: Estudio Jeongbiso.
B.V.: Has comentado que te inspiras en momentos cotidianos, aparentemente simples pero con una fuerza especial. ¿Cómo identificas esos momentos que luego quieres trasladar a tu obra?
Miju Lee: La inspiración no siempre llega de forma clara o constante. A veces aparece y desaparece rápido, otras se queda rondando un tiempo. En Corea hay una expresión que se usa para describir ese estado mental en el que estás medio “en las nubes”, sin pensar en nada. Cuando entro en ese estado, veo las cosas de otra forma, como si se abriera una especie de grieta mágica en lo cotidiano. Es como cuando desenfocas la vista y de repente lo ves todo con más claridad. En esos momentos, algo sencillo como una imagen doblada o una escena en la calle se convierte en algo especial. Entonces lo anoto en frases sueltas o hago bocetos rápidos para no olvidarlo. A partir de esos pequeños datos empiezo a construir escenas o ideas que luego se transforman en obra. Es un proceso muy intuitivo y orgánico.
Canart Ibiza. Labibi Gallery, 2023. Foto: Grimalt de Blanch.
Lo especial está en lo cotidiano
B.V.: ¿Qué cosas o artistas te inspiran?
Miju Lee: Me inspiran muchas cosas, pero intento no buscar referencias directas en otros artistas porque a veces, si algo me gusta mucho, me dan ganas de hacer algo muy parecido. Para evitar eso, busco inspiración en otras direcciones, como la poesía. Me gusta leer poemas porque me permiten proyectar mis propios pensamientos y emociones. Cada frase abre una puerta a la imaginación, y ese proceso de lectura e interpretación lo transformo en imágenes. Es una manera muy personal de traducir lo que siento y veo al lenguaje visual. Últimamente, también encuentro mucha inspiración en algo tan simple como nadar. Me sumerjo en el agua todos los días y ese cambio de entorno —la diferencia entre estar dentro y fuera, la forma en que la gravedad y la percepción cambian— me parece muy potente visualmente. Me gusta dejar que la inspiración llegue de forma natural, sin forzar nada. Creo que lo especial está en lo cotidiano, en lo que ya nos rodea.
You and Me. Gwacheon Maca, 2020. Foto: Estudio Jeongbiso.
Jupjup. Narrar lo invisible a través de los objetos
B.V.: ¿Cómo se relaciona el acto de coleccionar con tu proceso creativo y la construcción de narrativas en tu obra?
Miju Lee: Es un hábito muy natural para mí. Cuando camino, suelo recoger cosas pequeñas como piedras o fragmentos que encuentro en la playa o en la calle. Al principio son objetos sin valor, pero cuando los recojo, los cuido y los coloco en casa, cambian de significado. Se transforman, adquieren una especie de vida nueva, como si pasaran por un proceso alquímico. Ese gesto me inspira. Empecé a dibujar estanterías con esos objetos imaginarios, combinando elementos importantes y aparentemente insignificantes. Esa mezcla forma una especie de autorretrato: pequeñas piezas que hablan de cómo veo el mundo. En Corea, este gesto de recolectar cosas con cariño se llama “jupjup”, una forma tierna de decir recoger. Para mí, es también una manera de narrar y ordenar lo invisible.
“El Yeti se manifestó en mis sueños como una figura misteriosa y algo perturbadora, era una parte de mí que no podía expresar ni compartir con los demás.” Miju Lee
Perfect Days. Mallorca, Labibi Gallery, 2024. Foto: Santino Lamorte.
B.V.: El personaje del Yeti aparece de forma recurrente en tu obra. ¿Cuál fue su origen y qué simboliza para ti?
Miju Lee: El Yeti surgió hace años como una especie de alter ego, un personaje que refleja mi lado más íntimo e introvertido. Todo comenzó con una experiencia en mi adolescencia, durante una clase donde una profesora nos guiaba en una meditación para descubrir nuestra vida pasada. En esa visualización, vi mis brazos cubiertos de pelo, como si fuera una criatura peluda. Aquello me impactó, pero lo guardé en secreto. Años después, durante una etapa de mucho estrés e insomnio, ese recuerdo volvió a aparecer en forma de sueños, y el Yeti se manifestó como una figura misteriosa y algo perturbadora. Era como una parte de mí que no podía expresar ni compartir con los demás.
Perfect Days. Mallorca, Labibi Gallery, 2024. Foto: Santino Lamorte.
“En mi última exposición en Seúl, el Yeti apareció por primera vez como protagonista, compartiendo espacio con los otros personajes femeninos de mis obras.” Miju Lee
Perfect Days. Mallorca, Labibi Gallery, 2024. Foto: Santino Lamorte.
B.V.: ¿Cómo ha evolucionado la presencia del Yeti en tu trabajo artístico?
Miju Lee: Al principio, el Yeti era algo muy privado, casi terapéutico. Empecé a modelarlo en cerámica como una manera de sacarlo fuera de mí, de materializar mis miedos y darles forma. No pensaba incluirlo en mi obra pública, simplemente lo hacía como una forma de meditación y de sanación. Pero con el tiempo, empecé a darle un lugar más visible. Aunque al principio lo veía como un ser extraño, peludo y sin rostro, algo poco presentable, empecé a entender que esa vulnerabilidad también era valiosa. En mi última exposición en Seúl, el Yeti apareció por primera vez como protagonista, compartiendo espacio con los otros personajes femeninos de mis obras. No tiene género, ni una forma concreta, pero representa una energía silenciosa y cuidada, como esas partes de nosotros que crecen en la sombra. Ahora siento que también merece ser cuidado y mostrado.
Hidden Thread. Seoul, Seojung Art, 2025. Foto: Seojung Art.
B.V.: Trabajas tanto en dos como en tres dimensiones, incluyendo murales y esculturas. ¿Cómo decides qué medio utilizar en cada proyecto?
Miju Lee: Para mí, el espacio es lo primero. Me gusta observarlo y entender cómo se comporta antes de pensar en la obra. Según sus características, decido qué tipo de pieza encaja mejor. Si el espacio tiene un punto central fuerte, por ejemplo, pienso en una escultura que dialogue con ese lugar. Si es más abierto y permite recorrerlo, entonces prefiero crear un conjunto de obras que se puedan experimentar en movimiento. No parto tanto de una obra ya hecha que coloco, sino que suelo diseñar algo específicamente para el lugar. Así puedo adaptarme a su ritmo, a cómo respira, y construir una experiencia que funcione en diálogo con el entorno. Cada formato tiene sus retos, pero me interesa ese juego de adaptación entre el trabajo y el espacio que lo acoge.
You and Me. Gwacheon Maca, 2020. Foto: Estudio Jeongbiso.
Hidden Thread: una exposición como relato fragmentado
B.V.: En tu exposición Hidden Thread en Seúl abordaste cómo lo cotidiano puede construir una narrativa. ¿Qué descubriste en ese proceso y cómo ha cambiado tu mirada sobre lo cotidiano en el arte?
Miju Lee: Esta exposición fue muy especial porque el espacio estaba dividido en cuatro salas, lo que me llevó a pensar en la muestra como si fuera una película, con un guión y una narrativa por capítulos. La primera sala era el inicio, una invitación a entrar en mi mundo. Solo había esculturas, casi como un haiku visual, sin frases completas, solo palabras sueltas que dejaban espacio a la imaginación. En las siguientes salas iban apareciendo los personajes, como la protagonista femenina y el Yeti, junto con elementos de su entorno. Todo estaba pensado para que las piezas interactuaran entre sí de forma sutil, generando una atmósfera tranquila pero en movimiento. En la última sala, situada en la planta superior, comenzaba una especie de aventura, donde aparecían obras recientes sobre el agua. Era como si todo se activara, se mezclara. La exposición no tenía un cierre definido, era como mostrar un capítulo en mitad de una historia que sigue en desarrollo. De ahí el título, Hidden Thread, porque hay una trama, pero no se cuenta entera. Solo dejo algunas claves para que quien la vea pueda imaginar el resto.
“Aceptarme a mí misma tal y como soy ha sido parte del proceso. Hoy solo quiero seguir creando, sin forzar nada, y dejar que las cosas fluyan con honestidad.” Miju Lee
Hidden Thread. Seoul, Seojung Art, 2025. Foto: Seojung Art.
B.V.: Has abierto un nuevo capítulo en tu práctica artística con una exposición que sigue una narrativa con capítulos. ¿Has quedado satisfecha con la experiencia?
Miju Lee: Sí, ha sido una experiencia diferente. En otras exposiciones también había un concepto, pero solía centrarme más en lanzar ideas sueltas, como palabras bonitas sin desarrollarlas demasiado. Esta vez sentí la necesidad de recoger todo lo que llevo años haciendo, coserlo y darle una estructura más clara. También me ha ayudado a reconciliarme con el personaje del Yeti. Sacarlo al exterior, incorporarlo de manera tan visible, ha sido una terapia. Durante mucho tiempo dudé si debía mostrar ese lado más vulnerable, más infantil, sobre todo por la edad que tengo y cómo se percibe en Corea. Pero ahora creo que todo eso también tiene valor. Aceptarme a mí misma tal y como soy ha sido parte del proceso. Hoy solo quiero seguir creando, sin forzar nada, y dejar que las cosas fluyan con honestidad.
Hidden Thread. Seoul, Seojung Art, 2025. Foto: Seojung Art.
Colaboración con Hermès Corea
B.V.: ¿En qué estás trabajando actualmente y qué podemos esperar ver de ti en el futuro cercano?
Miju Lee: Siempre que termino un proyecto, me inquieta un poco qué vendrá después, pero los nuevos deseos van tomando forma. Ahora me interesa especialmente colaborar con otros artistas o equipos y explorar nuevas formas de creación conjunta. Este otoño trabajaré con Hermès Corea diseñando uno de sus escaparates, un proyecto que me ilusiona mucho. Además, preparo una exposición individual para 2026 en la galería Mac Bibiloni, en Madrid.
Perfect Days. Mallorca, Labibi Gallery, 2024. Foto: Santino Lamorte.
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