MÁS ÁRBOLES QUE RAMAS “CAMBIAR DE RESPUESTA ES EVOLUCIÓN, CAMBIAR DE PREGUNTA ES REVOLUCIÓN”

Más árboles que ramas (Tusquets Editores) pertenece a ese pequeño montón de libros contemporáneos que sobresalen por ser inteligentes, creativos, novedosos y geniales. Se trata de una obra rara –por ser atemporal y perfecta- que contiene el ingrediente que detona un algo extraño el en cerebro adormecido: el pensamiento, la bombilla. Jorge Wagensberg es el autor de esta colección de 1116 Aforismos para navegar por la realidad, una creación de breves sentencias cargadas de conocimiento, creatividad e ingenio; un libro que valora la economía del lenguaje y el exceso de información –siendo exceso, en esta ocasión, una cualidad positiva. Para aquel al que la palabra aforismo le baile un poco en la mente, que no sepa exactamente qué es –no se trata de un refrán, un proverbio…- en palabras del propio autor, ‘un aforismo es un mínimo de un máximo’; englobar el máximo conocimiento o una reflexión en las menos palabras posibles, creando un género literario que no necesita del tiempo, de la contextualización, de la convicción de un interlocutor o de uno mismo para que se entienda. Un aforismo es, básicamente, una perla que nace de la perfecta conjunción entre lenguaje y pensamiento y que vivirá para siempre.

‘El error hiere la autoestima pero se aprende de él, el acierto halaga la autoestima pero enseña menos’.

El autor ha estructurado este trabajo por temáticas. Los 1116 aforismos se agrupan bajo títulos indicativos más o menos generales –y a la vez originales y con una pizca de humor, casi de trivialidad sin ser triviales- como Vicios y virtudes capitales, Los quince principios fundamentales del buen mediocre, Política, Lo general y lo particular, Lo propio y lo ajeno, Inteligencia, Banalidades, Comprender lo social… Jorge Wagensberg es doctor en Física y profesor de Teoría de los Procesos Irreversibles en la Universidad de Barcelona, su ciudad natal. Es un entusiasta y gran animador del debate de ideas, como demuestra a lo largo de su extensa producción literaria y, sobre todo, en este nuevo libro lleno de reflexión y provocación a veces no intencionada.

‘Una superstición frecuente en muchas culturas consiste en cambiar el nombre a los moribundos en un último intento por despistar a la muerte’.

En esta era en la que vivimos, en la que todo es inteligente sin realmente serlo –como los teléfonos y hasta los tejidos- es casi un lujo encontrarse con un libro que sea realmente inteligente, y no porque se le atribuyan cualidades que no son propias de un libro (no cocina, ni reproduce audio) sino porque desencadena en el lector lo que sólo un buen trabajo literario consigue: provoca, ilusiona y crea esa sensación de querer seguir leyendo. Es como si al mismo tiempo fusionase y fisionase las conexiones neuronales hasta conseguir el efecto deseado –y tantas veces olvidado- de leer por el placer de leer y aprender, emocionarse y buscar el debate con uno mismo o con los demás, casi sin darnos cuenta. El aforismo -un género complejo en el que Schopenahuer y Nietzsche fueron maestros- no se cultiva mucho hoy día tal vez porque requiere de un dominio del lenguaje y una capacidad de síntesis tan elevados que, seamos sinceros, no son fáciles de conseguir. Los aforismos de Wagensberg captan la esencia de una compleja reflexión o de una realidad que está delante de nuestros ojos pero que desconocemos cómo describir con precisión. No existe ni un solo lector ahí fuera que, sabiendo cómo de extraordinario es este trabajo, sea capaz de resistirse. Brillante, genial e inteligente como muy, muy pocos.