MICROSOFT LOVES CAVOLO

La marca americana atraca en la calle Fuencarral con un gran despliegue techie. ¿El último en embarcar? Ricardo Cavolo

De un tiempo a esta parte, parece ser que las empresas de tecnología se han dado cuenta de la importancia de relacionarse con el público, y qué mejor manera que crear espacios ‘temáticos’ en los que abrirse al consumidor a través de actividades culturales, demos y presencia de producto para comenzar a fidelizar. Hasta el próximo 5 de enero, y aprovechando la campaña de Navidad, el Espacio Microsoft (situado en el 140 de la calle Fuencarral) dará la bienvenida a los más interesados en materia tecnológica que podrán acercarse para vivir la experiencia de primera mano. Allí podrán probar productos como la Xbox One, Surface, Windows Phone y cualquier dispositivo que haga uso de Windows 8; asistir a las múltiples charlas y talleres que se impartirán; trabajar en las zonas de coworking donde se organizarán speed meetings y working coffees; disfrutar los fines de semana de las mejores DJ Sessions y relajarse en su zona lounge y terraza, donde poder tomarse un Dolce Gusto en un ambiente distendido. Un punto de encuentro dinámico y de ambiente variopinto y al que desde hace unos días se ha unido el artista Ricardo Cavolo. El ilustrador ha decorado, mediante un mural, una de las paredes de la Zona Windows Phone. Una obra inspirada en el Nokia Lumia 1020, sus 41 megapixels y la resolución que se marca. El Neo2 team se desplazó al Espacio Microsoft donde entrevistó, en exclusiva, a este virtuoso del detalle. Aquí, sus palabras:

Ricardo ¿qué te parece que cuenten con jóvenes artistas como tú para estos proyectos? Siempre me parece interesante. Si un artista siempre está metido en su estudio puede hacer cosas interesantes, pero a veces resulta aburrido. Me gustan los retos y no lo típico de artista ególatra. No es lo mismo plantear una obra para una expo que trabajar con una marca o una agencia. Además, como yo vengo de la publi, de alguna manera algún mecanismo conocía. Sé la manera en que se trabaja. Poner tu obra al servicio de una marca, que el producto funcione, alcanzar un equilibrio, marcarse un reto. No me aburro.

¿Qué has querido representar a través de tu mural? Como trabajamos con el Nokia Lumia 1020, con una cámara de 41 megapixels y mi trabajo es muy exhaustivo, es como una historia dentro de otra historia con miles de detalles. Empecé a jugar con ello. Como al hacer una simple foto, vas ampliando y ampliando y vas descubriendo detallitos que te llevan a historias. En la composición hay lupas, un observatorio de estrellas, elementos ópticos que te dan a entender esa dinámica de acercamiento y de llegar hasta el detalle de ciertos rinconcillos.

¿Te consideras techie? Mucho. Me interesa como usuario particular y también como profesional. El poder mostrar mi trabajo al resto del mundo. Siempre trato de estar en la onda. Al final el arte tiene que ir muy ligado con la tecnología del momento. Una relación de simbiosis que les hace avanzar y es que sucede todo al mismo tiempo.

¿Qué le pides a un móvil? Lo fundamental. Que puedas llamar, recibir llamadas, que te sea posible conectarte a la red y que tenga una buena cámara. Para mí es muy importante, no porque utilice la tecnología para crear pero sí que la utilizo para enseñar mi trabajo al resto de la gente. Mi manera de trabajar es manual, pero si no tengo un puente que me permita el poder compartirlo con el público, que la gente se acerque a mi obra, se queda en el estudio, te lo comes. Me interesa mucho tener una buena cámara. En los últimos meses he hecho mucho mural y necesito hacer buenas fotos. Que se pueda ver todo y que tenga muy buena resolución. La cámara de este móvil te permite gestionar cualquier detalle de una foto, como si fuera una reflex de las de antes. Te permite conseguir buenas imágenes sin la necesidad de tener, además, una máquina de fotos. En vez de dos aparatos, llevo uno.

¿Qué sentiste al recibir la llamada de Microsoft? Un poco de responsabilidad. Era un proyecto muy chulo tras una marca muy potente y estas cosas me las tomo de manera personal como un galón. Que una gran empresa que tiene mucha gente rastreando nuevos creativos, se fije en ti y te inviten a desarrollar un proyecto conjunto es una medallita, sin perder la responsabilidad, claro está.

¿Cuál es tu rutina de trabajo? Si es algo relacionado con marca, publicidad, etc, me pongo el chip más profesional y no tanto el de artista. El trato directo con el cliente, las fechas de entrega del boceto, los cambios… Me adapto hasta que me den el OK definitivo. En este caso he tardado 2 días en hacer este mural.

¿Cuál fue tu inspiración? Quería crear algo narrativo literario, un poco de cuento. Este formato encaja con niños y mayores porque todos los hemos tenido en nuestra vida y generar un mundo fantástico, geografía imaginaria me parecía interesante. Un mundo de detalles para jugar con el tema de la cámara. Aunque nos de vergüenza reconocerlo, a los mayores también nos gustan los cuentos.

¿Piensas que te estás sobreexponiendo como artista al participar en todo tipo de evento o simplemente aprovechas tu momento? Nunca pensé que me pudiera dedicar a lo que me estoy dedicando ahora y no sé lo que va a durar. Hay muchos agentes externos que hacen que tu trabajo tenga o no éxito, yo simplemente aprovecho el momento. Si me apetece hacerlo, lo hago. Si dentro de 5 años aburro o me aburro, cambiaré de tercio y me dedicaré a la agricultura o me pondré a hacer macramé.

¿Por qué piensas que gusta tanto tu trabajo? Habría que preguntarle al público. El mundo de lo narrativo y el detallismo que practico sé que atrae. A mí como espectador, ese tipo de minuciosidad la disfruto mucho. Trato también de ser positivo en mis mensajes y aunque puedo pecar de superfluo o incluso naif, a todos nos gustan las cosas bonitas. Si el mensaje es de buen rollo, te atrae más que uno negativo. La simbología que me he montado alrededor para contar mis historias, también ayuda.

¿Qué será lo siguiente? He inaugurado en Londres. Estoy viviendo actualmente allí y es mi carta de presentación en la ciudad. Va a ser una exposición un poco más a lo grande porque he conseguido una galería en el Soho, que está en un buen circuito donde exponer. Me hubiera gustado tener más tiempo para prepararla pero desde verano he estado apagando fuegos de un lado para otro, a pesar de ello creo que ha quedado muy bien. Es una especie de cierre de capítulo. Llevo un par de años girando en torno al retrato, a los tatuajes y el cuerpo ya me pedía cosas nuevas, pero en Inglaterra he querido inaugurarme con lo que sé hacer bien, para no cagarla. A partir de aquí, el siguiente episodio será algo nuevo. En esta expo veremos ilustración, retratos en papel de 60×60 y mucho tatuaje, mucho dibujo minucioso.

¿Hasta dónde te gustaría llegar? Hasta los 90 años viviendo de esto.

¿Qué cosa o persona te mueres por pintar? Me gustaría ilustrar una enciclopedia ilustrada, valga la redundancia, pero teniendo la suficiente manga ancha como para poder darles vida a mis dibujitos.

¿De qué obra te sientes más orgulloso? Hace unos meses he terminado un mural para la nueva tienda de Urban Outfitters en Colonia. Un mural de cuatro paredes y un techo, un total de 200 m2 pintados. Más allá de pintar una pared, he generado todo un mundo y la experiencia ha sido increíble. En otro orden de cosas, el cómic que hice sobre Daniel Johnston también me gustó mucho.

¿Otra exposición en Madrid? Quiero que la gente de Madrid descanse un poco de mi. He estado muy pesado mientras vivía allí y quiero que corra el aire. Evidentemente, seguiré haciendo cosas en la capital porque es la ciudad donde he madurado, pero de momento quiero que descanse un poco.

¿Volverías a Madrid? Si tuviera que volver a España, no volvería a vivir en Madrid. El provecho que le tenía que sacar a la ciudad ya se lo saqué con la edad que tenía que hacerlo y ahora el cuerpo me pide otra cosa. Si volviera me iría al norte, a un sitio tranquilo, aunque sin desvincularme totalmente de los madrileños.