PARADEQUÉ ALEGRÍA VOLVER A ESCUCHARLE, MAESTRO

No es que pensara que se había ido, porque me constaba que no. Pero siempre es una alegría que Parade saque disco. En el fondo, su aparición en el panorama musical me genera la sensación de que no todo está perdido. Que aún hay esperanza, por muy apocalíptica que me ponga muchas veces -sobre todo los lunes por la mañana y mientras como viendo el informativo- y por mucho que la mayoría de los discos que escucho en la oficina me suenen todos a lo mismo y me desespere. Porque hay que ser Antonio Galvañ para escribir sobre el Proyecto Genoma, Stephen Hawking o aerolitos, mezclarlo con historias cotidianas, y conseguir no caer en lugares comunes y conmover de esta manera. Y como yo estoy muy a favor de ser conmovida honestamente, sin trampas, me tomo la libertad de gritarlo a los cuatro vientos: ¡viva Parade! ¡viva la alegría de escuchar música! ¡viva Jabalina por editarle “La Fortaleza de la Soledad”, su mejor disco! y sobre todo ¡Qué vivan las canciones bonitas!