Rocketman, un sueño musical basado en hechos reales

El biopic de Elton John llega a los cines cargado de magia, himnos, verdades desde el recuerdo y fantasía

Elton. Un nombre que ya sin su apellido, en homenaje a John Lennon, nos proyecta una imagen en nuestras retinas. A nuestra mente vienen gafas de sol de todos los tipos y formas, estilismos imposibles firmados por Bob Mackie y canciones que arponean corazones a la vez que son himnos que trascienden épocas y modas.

Cuando se anunció que Rocketman estaba en marcha, los que somos fans del inglés no pudimos evitar que una sonrisa se dibujara en nuestro rostro. Siempre es bueno reivindicar y devolver a la actualidad a los verdaderos iconos, a los artífices de nuevos valores y a los pioneros de la libertad cuando todo estaba demasiado oscuro y por desgracia no solo en lo musical.

Elton John es una figura fascinante. Un animal camaleonico que ha creado sus propios estilos y modas, superando las más de 4 décadas sobre el escenario. Pero ¿cuál fue el génesis del cantante? La respuesta está en Rocketman.

Rocketman, un sueño musical basado en hechos reales

La cinta de Dexter Fletcher nos lleva desde la infancia de un tierno Reginald Dwight que, sin contar con el apoyo de unos padres dictatoriales y egoístas, comienza su idilio con el piano, pasando por el ascenso al Olimpo de la fama en la década de los 70, hasta su redencion de las drogas y el alcohol a principios de los años 90. Un viaje fascinante que nos da como espectadores una de cal y otra de arena en una montaña rusa de emociones creadas en celuloide.

“Taron Egerton conduce Rocketman a la perfección narrativa, logrando que veamos en todo momento al cantante sin perder ni un ápice de credibilidad”

Rocketman también ahonda en la relación más intima e inspiradora de la vida de John: la que ha mantenido con Bernie Taupin, su letrista desde hace 50 años. Ambos generan una simbiosis perfecta que ha resultado en algunas de las canciones más prodigiosas de la carrera del británico y de la música contemporánea.

Rocketman, un sueño musical basado en hechos reales

El toque diferenciador de la película se encuentra en sus claroscuros. Rocketman es por supuesto un largo destinado al gran público, eso si, sin voluntad de censura y sin problema para mostrar cosas políticamente incorrectas, que resultan más que necesarias para contar de manera fidedigna la historia de Elton John. Sus problemas de autoestima, su adiccion al alcohol y las drogas, así como el auto descubrimiento sexual del cantante, son ejes fundamentales del relato y se retratan sin ningún tabú en la pantalla.

Y llegamos a Taron Egerton, el punto sobre el que bascula todo. El actor que se ha sumergido en Elton y se ha mimetizado con su piel, haciendo suyos sus milagros y miserias. Egerton se mueve como pez en el agua tanto a nivel interpretativo como musical. Desde el primer momento que aparece en cuadro ves a Reginald y poco a poco asistes a su conversión en estrella del firmamento musical, a su descenso a los infiernos y posterior redención y resurrección. Taron conduce a la perfección la narrativa, logrando que veamos en todo momento al cantante sin perder ni un ápice de credibilidad.

Rocketman, un sueño musical basado en hechos reales

En cuanto a la selección musical que decir… simplemente perfecta. Los temas de John y Taupin sirven para poner color a la historia, darle ritmo y completar lo ocurrido, vistiéndolo de la mejor manera posible y universalizando la biografía de Elton gracias al lenguaje universal de la música.

Rocketman es un canto a las medias verdades sinceras, una construcción real y a la vez maquillada con la ensoñación. Elton John se expone filtrando sus éxitos y traumas a través del prisma del glitter y de la fantasía. Porque ¿desde cuando es malo ver la vida a través de unas estrambóticas gafas de sol Gucci? Elton nos anima a hacerlo para aceptar nuestro pasado y enfrentarnos al futuro.

Rocketman, un sueño musical basado en hechos reales