Tórtel, o lo que es lo mismo, el músico valenciano Jorge Pérez, vuelve con una nueva canción pop:  El Puño Invisible.

Tórtel acaba de presentar su nuevo single ‘El Puño Invisible’, un adelanto de un disco que todavía no se sabe si va a llegar, por todo el jaleo que ha causado el Covid19 en la escena musical. Entre 2019 y 2020, el valenciano Jorge Pérez ya ha publicado varios singles como ‘Pirámides’ con Clara Vinyals  y ‘Probablemente no’ que se suman a este tercer lanzamiento. Hemos hablado con Jórge con motivo de ‘El Puño Invisible’ y para conocer cómo ve la escena actualmente, y que nos cuente más novedades sobre sus próximos trabajos. Además, es interesante conocer la visión de un indie que cuenta con una trayectoria y cuatro discos a sus espaldas. ‘Entusiasmo’ (2012), ‘La Gran Prueba’ (2014), ‘Transparente’ (2016) y ‘Las Tres Tormentas’ (2018) es su completa discografía.

Tórtel vuelve al indie con El Puño Invisible

¿Por qué un título como ‘El Puño Invisible’ para lo nuevo de Tórtel? La canción está inspirada en la lectura del alucinante libro ‘Saber Matar’ de Mr. Perfumme. En él hay un personaje siniestro y malvado, del que se desconoce su verdadera identidad, llamado Puño de Fuego. Es la encarnación del mal, y creo que lo hace todavía más temible el hecho de que no sepas quién es, dónde está, o cuándo aparecerá… como cuando andas por un pasillo a oscuras y sabes que hay alguien escondido, lo oyes respirar agazapado en la sombra, esperando a darte un puñetazo justo cuando pases por su lado.

¿Qué querías contar con este tema? El libro, según yo creo, habla de amor, pero sobre todo de miedo. Y sabemos que el miedo se utiliza para bloquearnos, para hacernos dóciles, es como algo que se nos inocula y que acaba formando parte de nosotros sin darnos cuenta. El miedo es un arma poderosa. En la canción se citan, con humor, cosas que nos pueden resultar aterradoras, como un grupo de versiones de los Beatles (alguien capaz de destrozar el mejor repertorio del mundo, es realmente capaz, si se lo propone, de acabar con la humanidad) pero sin duda, no hay nada tan creepy como cuando un día te asusta tu propio reflejo en el espejo.

Tórtel: “El indie en España ahora se entiende comúnmente como una especie de etiqueta, estilo o subgénero musical en el que yo nunca me he sentido identificado, música inocua hecha para festival o playlist, con gestos, poses y temas clonados. No encuentro ninguna actitud estimulante ahí para mí. Me da mucha pereza.”

¿Qué puedes contarnos de tu próximo álbum? He publicado tres singles en los últimos meses, trabajados mano a mano con Jesús Maciá. Mi idea era que formaran parte del nuevo disco que teóricamente pensaba publicar antes de que acabara el año, pero las cosas en las últimas semanas, como todos sabemos, se han vuelto muy locas, también he comenzado a componer canciones con una vibración distinta a cómo eran estos singles precedentes, así que ahora mismo estoy hecho un lío. Sigo haciendo canciones, voy a ver qué va sucediendo en mi cabeza y también fuera. No tengo prisa, pero estoy muy ilusionado con las canciones que vamos teniendo y tengo un montón de ganas de compartirlas.

¿En qué punto está Tórtel? En un punto relajado y tranquilo, diría yo. Creo que los años me han dado el poder de disfrutar cada vez más de la música (componer, tocar, poder relacionarme con artistas que me gustan, por ejemplo la pintora Marina Iglesias para las portadas, o Marco Huertas para la parte visual…) y ser, al mismo tiempo, menos permeable a todo lo superfluo que la rodea. Al final todas esas cuestiones, como la respuesta que generas, la omnipresencia en redes, el estar donde se supone que deberías estar… solo consiguen desenfocarte, y tampoco dependen mucho de uno mismo. Disfruto mucho cuando alguien me invita a pinchar, por supuesto dando clases en el Grado de Creación Musical, tocando con el grupo, tengo un pequeño estudio casero con mis amigos Joaquín Pascual y Jordi Sapena donde espero, muy pronto, podamos volver a pasar el rato y grabar nuestras cosas, y ahora también estoy haciendo música para audiovisuales, así que no dejo de aprender y pasármelo bien. Además creo que es un momento en el que hay muchísima música nueva e inspiradora, es bonito no dejar de descubrir canciones que te sorprenden y enganchan.

¿Sigues viéndote  un músico indie? Para mí el indie era toda esa música y movimiento que se generaba entorno a ella, que estaba en ebullición cuando era crío y empezaba a salir para ver conciertos ( o incluso para darlos), eran los fanzines, los sellos pequeños gestionados desde casa, los chavales montándoselo como podían y buscando contar algo que no tenía nada que ver con lo que ofrecía el mainstream más rancio o la rardio fórmula. Vivir al margen era una elección, y había grupos de todo tipo, algunos hacían punk, otros pop naif, otros noise… Algunos eran realmente buenos, y otros eran realmente malos, pero había un entusiasmo y una energía que para un chaval como yo era muy nutritiva. El primer concierto, más o menos serio, que di en mi ciudad con mi banda de entonces ( yo tenía 17 años) fue teloneando a El Inquilino Comunista, cuando salí por primera vez de mi ciudad fue para tocar con El Niño Gusano, y luego fue con Mercromina. Tenía la sensación de que no paraba de aprender cosas, tanto viendo tocar desde cerca a esos grupos, como luego pasando un rato hablando con ellos en el camerino. Volvía a casa contento e inspirado.
El indie en España ahora se entiende comúnmente como una especie de etiqueta, estilo o subgénero musical en el que yo nunca me he sentido identificado, música inocua hecha para festival o playlist, con gestos, poses y temas clonados. No encuentro ninguna actitud estimulante ahí para mí. Me da mucha pereza. De hecho de este indie ni siquiera forman parte ninguno de esos músicos que siguen con su espíritu inquieto y de exploración constante, siempre excitantes y en todo su esplendor aunque puedan haber pasado veinte años. Para mí el nuevo indie es un chaval en su cuarto grabándose con un ordenador, y en ese sí me veo en sintonía. Veo una escena nueva, inquieta y creativa que interactúa, organiza sus conciertos, se relaciona con su audiencia… Una pena que sea todo tan precario.

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¿Cómo te gustaría que fuese el mundo tras el coronavirus y cómo crees que será realmente? Me gustaría que todo esto sirviera para evidenciar que ciertas políticas públicas han sido un fracaso total, que habría que aumentar la protección social, que hay recursos, y que deberían de verdad estar al alcance de todos. Es un momento idóneo para analizar cómo hemos llegado hasta aquí, y cómo reconstruirnos tras esta locura. Sin embargo, creo que lamentablemente tras el coronavirus se va a deteriorar todavía más la calidad de vida de muchos sectores de las clases populares. Y con la música será lo mismo: más precariedad. Siento no ser más optimista.

La BSO actual de Tórtel. Estoy oyendo mucho el maravilloso nuevo disco de Fiona Apple, mi amigo Abel ( El Hijo) decía que le sonaba a ‘’una fiesta okupa en una casa con piscina con forma de caracola en Beverly Hills.’’ y creo que lo describe a la perfección. Estoy oyendo también a JPEGMAFIA, ‘Cenizas’ de Nicolas Jaar, Babyfather, el nuevo de Yves Tumor me gusta bastante… Carla dal Forno, MorMor, Tirzah…
Y por supuesto, mi compañía de siempre: Broadcast, Brian Eno, Lennon, Julia Holter, Deerhunter, Prefab Sprout…
Tengo la suerte de que Joaquín Pascual me pasara un pre-mix de sus canciones nuevas, y también me tienen enganchadísimo estos días.

Planes 2020. Es un poco complicado hacer planes ahora mismo, de momento seguiré trabajando en mi estudio casero las canciones que tengo en danza y las que puedan ir llegando si la inspiración acompaña, deseando que muy pronto pueda sacarlas de casa. Me gustaría antes de que acabara el año como mínimo publicar una canción nueva, que se llama ‘Algunos de nosotros’ . También tengo muchas ganas de juntarme con Enric, Jorge, Carlos y Jesús para ensayar, preparar repertorio nuevo, tocar… Les echo mucho de menos.