EL CLÁSICO DE LA GRAN VÍA RECUPERA SUS LUCES DE CANDILEJAS
¿Qué ocurriría si aquel barman del Hotel Ritz llamado Pedro Chicote, propietario de aquel local de moda a partir de los 40 y dueño de una de las mejores colecciones de botellas del mundo, levantara la cabeza? Pues que disfrutaría al ver como el imperio que levantó en el nº12 de la Gran Vía madrileña sigue haciendo girar su puerta giratoria y sirviendo los mejores momentos de la ciudad. Para hablar del Museo Chicote, uno se debe lavar la boca, como lo oyen. Pocos son los locales en la capital, por no decir en el mundo, que hayan contado con tanta fama como la de este negocio instalado en aquel edificio construido en 1914 por Eduardo Reynals, a partir del diseño del arquitecto Luis Gutiérrez Soto. Un lugar de esos en los que ver y ser vistos, en el que lo más granado de la sociedad madrileña se daba cita y que rápidamente se convirtió en centro crápula de operaciones de perfiles tan variopintos como Grace Kelly y Rainiero de Mónaco, Frank Sinatra, Sophia Loren, Gregory Peck, José Antonio Primo de Rivera, José Ortega y Gasset, Di Stéfano, ‘La Pasionaria’, la princesa Soraya, Tierno Galván, La Movida, Luis Miguel Dominguín o la pantera Ava Gardner, que se bebía las noches del Madrid más cosmopolita.
Veladas que transcurrían entre Dry Martinis, Painkillers, Negronis y Old Fashioned, en ambientes distendidos donde la única preocupación era si pedirse otra copa o hacer un impasse en el baño para retocarse el maquillaje. Un exclusivo oasis, verdadero xanadu época tras época en el que cualquier tipo de celebración era contagiosa y las risas y litros de sofisticado alcohol, la energía para seguir alternando. Pero ¿y si querían algo de picar? Con la llegada del Grupo Mercado de la Reina y el traspaso de propietario, el Museo Chicote no sólo recupera el brillo de una tiempo que ni el cine clásico Hollywoodiense, apostando por la naturalidad y el ambiente Art Decó original de su mobiliario, sino que después de un par de devaneos hace llegar la gastronomía a la mesa. Una selecta propuesta gourmet o Club Fancy Dinning, en el que la carta de cocktails se completa con verdaderas exquisiteces que llevarse a la boca. Si no, prueben sus cremosas croquetas de carrillera de cerdo ibérico, sus cigarros crujientes de mango y pollo thai con salsa de mostaza, las gyozas de pollo y verduras con salsa agridulce de chiles, el foie mi-cuit con vinagreta de caramelo, tatín de manzana y cebolla caramelizada, la hamburguesa de rabo de toro en brioche de cerveza negra, su steak tartar de solomillo de buey o su necesaria ensaladilla de gamba blanca… Platos, todos ellos, que se convierten en auténtico gusto al paladar y perfecto acompañante de las noches más agitadas. Además, si te gusta la experiencia, siempre podrás repetir el último día de la semana, dejándote caer por su brunch dominical a la 13h. que encuentra su clímax a partir de las 17h., con sesiones Dj´s al más puro estilo clubbing castizo. No te lo pienses, olvídate de todo lo que has conocido hasta ahora y haz como Ernest Hemingway que cruzaba su puerta giratoria para continuar escribiendo la leyenda por la que los mitos, incluído él, brindaron tantos años.
c/ Gran Vía, 12. Madrid. +34 915 32 67 37