PULSO, DE JULIAN BARNES14 HISTORIAS DEL GANADOR DEL PREMIO LITERARIO BRITÁNICO MAN BOOKER

En España tendemos a despachar al cuento con demasiada ligereza, hasta diría que con desprecio. Puede que porque compartimos la misma palabra para el relato corto infantil y el adulto, lo que no ocurre en inglés, francés ni alemán; como si condensar una historia en unas cuantas páginas o dirigirse al más pequeño fuera un asunto menor o un paso previo e inexcusable a la novela. También puede que la influencia del estadounidense, tan sólido, libre a los sudamericanos de pensar como los peninsulares y de ahí que cultiven insignes cuentistas como Cortazar o Borges. Puede que hasta sea al revés y los estadounidenses hayan creado un género sólido por la influencia hispana. Sea por lo que sea, en esto España, como en tantísimas otras cosas, es contradictoria: apenas tenemos autores escribiéndolos pero la más remota pedanía cuenta con un certamen. De Clarín, yendo a lo clásico, y de Muñoz Molina, por poner un ejemplo contemporáneo, se resaltan los novelones de gran tamaño pero apenas la pluralidad de tonos, el humor y el misterio que su literatura breve contiene. En el caso del segundo es fácil comprobarlo en Nada del otro mundo, un interesantísimo volumen aún caliente en la mesa de novedades de las librerías.

Quizá la última joya aparecida en España sea Pulso y obviamente viene de fuera: es una colección de relatos del inglés Julian Barnes editada por Anagrama. En el Reino Unido, a Barnes se le menciona ahora por The Sense of an Ending, una novela magistral sobre los caminos y las trampas de la memoria que le ha dado el último premio Man Booker y que la editorial catalana publicará en otoño. Hasta entonces, aquí están estas catorce piezas magníficas, una selección en la que ninguna chirría ni sobra sino cada una soporta y apoya a la siguiente consiguiendo un equilibrio infrecuente en esta clase de libros. La primera, “Viento del Este”, termina con el vuelco de la revelación final para continuar transitando la comicidad, la tragedia y el patetismo hasta llegar a la última, la del título, en la que el protagonista recuerda el fallecimiento de su madre a la vez que desgrana la intimidad que ella tuvo con su padre. También son brillantes los diálogos en casa de Phil y Johanna, una pareja inglesa de clase media que conversa con otras tres parejas a lo largo de varias sobremesas (y de varios textos), perlas del humor inglés, tan aparentemente seco y austero. Barnes tiene el don de enlazar con pasmosa armonía el horror con la felicidad: Pulso está hecho de catorce historias que mezclan la alegría y el dolor; de catorce cuentos perfectos en los que se trenzan la inexactitud, grandeza y deformidad de la vida.

PULSO, DE JULIAN BARNES