LA EMOCIÓN COMO CAPITALFoto: Lisbeth Salas

EMOCIÓNESE ASÍ, POR ELOY FERNÁNDEZ PORTA (ESTA NAVIDAD EMOCIÓNATE COMO QUIERAS Y NO COMO TE DICEN QUE LO HAGAS)

¿Evolucionan las emociones? ¿Hasta qué punto se pueden alterar, comercializar? ¿Nos pueden manipular? ¿Cuánto de genuino y personal hay en nuestras emociones? ¿Cuánto importamos del exterior, de la publicidad que nos rodea, nos indica –exige- cómo debemos emocionarnos, qué debemos sentir, cómo comportarnos según en qué situación y bajo que circunstancias? Emociónese así, anatomía de la alegría con publicidad encubierta (Anagrama) es un estudio cargado de humor y de publicidad –encubierta, claro- sobre esto mismo: las emociones y cómo interactuamos con los demás y con el medio que nos rodea en nuestro día a día. Eloy Fernández Porta hace añicos lo que consideramos íntimo, comercializa nuestras más profundas emociones y agita los rincones más oscuros de nuestro interior. Emociónese así es un libro cargado de humor y aun así da miedo, y mucho, porque desenmascara aquello que creemos nuestro, sólo nuestro. Es como si el autor nos leyese como libros abiertos. Si es así ¿qué nos queda de personal, de único, de nuestro-nuestro?

Este libro de estructura ensayística no busca provocar –aunque lo hace- sino sorprender, algo que consigue con una facilidad increíble. Además, por si fuera poco, arranca una carcajada de cuando en cuando probablemente no por la gracia, sino por la inverosimilitud aparente de algunos de los datos más escandalosos que proporciona. Las emociones, pasiones y miedos de uno aparecen descritos al detalle por un completo desconocido en las páginas de un libro genial. Fernández Porta echa mano de la sociología y la filosofía moderna (Derrida) y contemporánea (Slavoj Zizek) para desgranar y hacer ver al lector de Emociónese así (y no de otra manera…) que muchas, muchas de esas emociones son fruto de la ingeniería social, del entramado capitalista y del bombardeo publicitario. Los autores son otros, no uno mismo. En algunas de ellas hay poco de original, de cosecha propia. ¿Hasta qué punto se pueden manipular las emociones de un individuo inmerso en el entramado social?

De Kraftwerk a Charles Bronson, de Bukowski a Elle, Cash Converters, Billie Holiday, heavy metal, Spinal Tap, erotismo, Deleuze y Guattari, la Roma clásica, FWD, Videodrome, David Lynch… Es como pasar lista en el colegio en un día de plena asistencia: están todos, todas las referencias mágicas, interesantes, llenas de sentido, de sensibilidad y de una belleza descabellada. Y todas ellas –al cine, a la música, el psicoanálisis, la publicidad, la sociología- son necesarias, ilustrativas y precisas. Sólo un escritor de la versatilidad de Fernández Portas –con una extensa obra traducida a varios idiomas- puede dominar todos estos campos con la destreza de un malabarista callejero sentado sobre un monociclo. Alehopp! Sensacional.

Sin dejar nada al azar y poniendo la garra donde pone el ojo, el autor catalán desmenuza campañas publicitarias, eslóganes que apelan silenciosamente a los escondites más oscuros y telarañosos de la mente y mensajes subliminales –y no tanto- dirigidos a ti ¡sí, sí a ti lector! sin que tú te des cuenta. Ahí está el truco.
Todo el libro esta ilustrado con ejemplos gráficos de eslóganes, productos, márketing, publicidad, producción, producción, producción y manipulación inadvertida por los consumidores y exigida, diseñada, buscada y deseada por los fabricantes. “Cada cual se concibe a sí mismo como la instancia en que lo complejo se ordena, más o menos dialécticamente, no se sabe cómo ni con qué sumando, pero cada cual sabe que ha hallado el equilibrio”. El lector se queda pensando en esta sociedad consumidora-capitalista, en cuántas de sus emociones están libres de influencia (pecado) capital. En palabras de Suicidal Tendencies “How will I laugh tomorrow… when I can’t even smile today”…

LA EMOCIÓN COMO CAPITAL