Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

Hay algo emocionante en descubrir un sitio como Red Panda donde la cocina no es una herencia, ni un folclore, sino una sabrosa pasión cuidadosamente elaborada.

Red Panda es eso: un pequeño restaurante donde se saltea más que comida —se saltea el cliché. Aquí no hay linajes asiáticos ni décadas de formación en Tailandia. Pero sí hay cariño, técnica y un wok que suena a ritmo de pasión. El local, abierto a finales de febrero de este año, apenas da para 20 comensales. Un rincón íntimo que dobla mesas sin doblar la calidad.

Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

Sin escuela asiática ni fórmulas mágicas: solo práctica, intuición y muchas ganas

Al frente dos madrileños que son pareja también sentimental. Alfonso de Borbón, con 25 años estudió Dirección de hoteles ycomanda los fogones con una soltura que no responde a diplomas, sino a vídeos en idiomas que no entiende y a muchas, muchas horas de ensayo. “El wok lo aprendí en casa, probando. Nos poníamos vídeos sin subtítulos y luego repetíamos. Y si no salía, volvíamos a empezar”, cuenta. A su lado —y en todo lo demás— está María Padura, de 24, diseñadora de moda de formación, pero con ADN hostelero y un sexto sentido para el servicio. Ella se ocupa de la sala, del diseño de la marca, de que todo fluya. Y fluye.

Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

De una dark kitchen en Tetuán a un refugio sin gluten

Red Panda empezó como un take away en enero de 2024, funcionando desde una dark kitchen en el barrio de Tetuán. Fue su laboratorio: platos de ida y vuelta, ajustes milimétricos, y sobre todo, una comunidad que nació entre pedidos de curry, arroces fritos y baos sin gluten. Porque sí, toda la carta es sin gluten. María es intolerante desde hace años, y eso marcó desde el inicio una diferencia clara: aquí se come asiático, sí, pero sin que nadie tenga que renunciar por alergias o intolerancias. Incluso la lactosa casi ha desaparecido del menú.

Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

Abrieron en febrero, pero ya cocinan como veteranos

El restaurante físico de Red Panda abrió sus puertas el 26 de febrero de 2025, pero ya tiene alma de veterano con su experiencia previa en el take away. “Lo más bonito está siendo conocer en persona a toda esa gente que nos seguía desde la época del delivery. Te dan las gracias como si les hubieras cambiado la semana”, dice María con una sonrisa que te acompaña toda la comida.

En Red Panda, cada plato tiene lógica, chispa y emoción

La carta es viva, flexible, mutante. Hay platos fijos, claro, pero siempre hay un fuera de carta: Curry de codorniz, Arroz frito con pato laqueado, ideas del día que surgen porque sí, porque hay buen producto o porque el wok lo pide. “Nos gusta improvisar, pero siempre con coherencia. No hacemos mezclas por mezclar. Hay una lógica en cada receta”, explica Alfonso.

Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

Los sabores viajan con libertad, pero con brújula: Vietnam, Tailandia, Malasia… pero también algún guiño inesperado. No buscan replicar recetas tradicionales, sino reinterpretarlas con honestidad. El resultado es una cocina que se siente directa, sincera. No hay fuegos artificiales ni postureo gastronómico. Hay calor, chispa, y muchas ganas. Red Panda no quiere parecer, quiere ser.

Comer bien, pagar justo: la fórmula que Red Panda defiende

Y todo esto, a un precio que da gusto decir en alto: unos 37 euros por persona, con botella de vino incluida. Sí, has leído bien. En un momento donde salir a cenar se ha convertido en deporte de riesgo para la cartera, Red Panda ofrece una experiencia redonda, sabrosa y con alma, sin necesidad de hipotecarse.

El espacio —diseñado por la propia María— es tan honesto como su cocina: sencillo, con detalles cálidos y una estética que combina lo urbano con lo práctico. No hay pretensión, pero sí cuidado. Cada rincón habla de ellos, desde las revistas que encuentras por todos los lados hasta el tipo de música que suena o el trato que recibes al entrar.

Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

La pareja lo hace casi todo entre los dos, con la única ayuda de Miriam, una figura clave en el engranaje y en lo emocional: fue quien cuidó a María de pequeña, “como una segunda madre”, y ahora es quien apoya en el office y la limpieza. Red Panda no es solo un negocio, es una historia de vínculos, esfuerzo y complicidad.

Recomendaciones en Madrid y en Málaga

Cuando les preguntas por los restaurantes a los que les gusta ir, citan sin dudar sitios como Kappo, Chila, o El Quinto Vino en Madrid, o Rocío Sushi Bar en Málaga. Saben bien lo que les emociona y lo que quieren ofrecer: una experiencia genuina, donde el cliente no es una transacción, sino un invitado.

Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

Trabajo, pasión y sonrisas: la receta secreta de Red Panda

Montar un restaurante a dos manos —literalmente— no es fácil. “Lo más duro son las horas. Todo pasa por nosotros: cocina, sala, stock, proveedores, facturación… todo. Es agotador, pero también increíblemente gratificante”, dice Alfonso.

Y lo gratificante no es solo que los platos gusten. Es esa reacción casi mágica que ocurre cuando un bocado conecta. “La sonrisa del cliente después de probar algo que hiciste tú, en casa, con tus manos… eso no se paga con nada”, añade María.

Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

Un pequeño milagro madrileño

Quizás por eso, Red Panda es más que un restaurante. Es un pequeño milagro madrileño donde se come con los cinco sentidos, pero sobre todo con el sexto: el del cariño. Porque si algo queda claro al terminar la cena, es que aquí no se trata solo de saber manejar el wok. Se trata de saber por qué lo haces. Y ellos lo tienen clarísimo.

Red Panda: cocina asiática casera, sin clichés y con alma

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Red Panda
Calle de Maldonado, 7, Salamanca, 28006 Madrid
Tel.: 642 79 59 27

Horarios:
Jueves a sábado: 13:30–17:00, 20:30–0:30
Domingo: 13:30–16:00
Lunes y martes: Cerrado

Precio Medio: 37 €

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