Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida

¡Fuego, fuego! Back to basics, también en 2020. La pureza de la brasa sobre el producto en bruto es una tendencia imparable que ha llevado a elevar a los altares al formato asador. El restaurante Roostiq de Madrid forma parte de esta hornada triunfal que pone en la mesa carnes, pescados, verduras, pizzas y arroces preparados a llama viva o con el calor como gran aliado. Roostiq es además una de las aperturas fundamentales de los últimos meses.

La simplicidad entendida como máxima sofisticación. Este precepto davinciano envuelve la propuesta del restaurante Roostiq, un bonito local en el barrio madrileño de Justicia que moderniza el concepto de casa de asados. Una cocina abierta al fondo de las salas exhibe el progreso con las brasas de carbón de encina, con las sartenes pesadas para los salteados y con el horno llameante para las pizzas. No es fácil saber por dónde empezar.

Restaurante Roostiq: el fuego que da la vidaRestaurante Roostiq: el fuego que da la vidaRestaurante Roostiq: el fuego que da la vida

Imágenes superiores: chuleta, cocina vista, barra y sala principal de Roostiq

Para entender que la cosa va en serio en el restaurante Roostiq hay que salir de él. Es en una finca de Palazuelos, en Ávila, donde los Álvarez, la familia propietaria, tiene su huerta con la que abastece de producto verde la despensa. Además de criar en libertad a los pollos de pasto, cuya felicidad alimentada con cereales eco acaba siendo cedida a los comensales.

Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida

Imagen superior: tomates de Ávila de Roostiq

¡Fritanga, vade retro! En Roostiq no hay rebozados ni pescaíto frito. Reinan las chacinas ibéricas para ir entrando en materia, así como los torreznos ahumados y crujientes, tiernos en su interior.

Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida

Imagen superior: acelgas a la llama

Contrarrestamos potencia grasa con tomates, borrajas, puerros y acelgas a la llama. O con alcachofas confitadas en aceite, con un toque de brasa y acabadas en horno de leña.

Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida

Imágenes superiores: torreznos y sala principal con cocina vista 

Elegiríamos entre un contramuslo deshuesado de pollo a la brasa de carbón de encina y un pollo de la abuela, guiso de cazuela realmente reconfortante. De chicha, impone la chuleta a la parrilla de carbón, extraída de un lomo de Guikar con 40 días de maduración. Por si fuera poco, una hamburguesa con rúcula y tomate de huerta, queso cheddar, mostaza, ketchup y pan de semillas. De pescado, para que no se diga, lomo de salmón al horno con tomates cherry, balsámico y soja, o un rodaballo entero a brasa y a horno.

Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida

Imágenes superior: hamburguesa y pizzas horneadas

¿Más? Cuidadín con las pizzas de masa ligera del restaurante Roostiq, horneadas a 485 grados. Todo un capricho para el que siempre hay un hueco. El pan en la mesa, además, es de masa madre.

Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida

Imágenes superiores: arroz, salmón, pollo deshuesado, chuleta y bizcocho casero de queso y chocolate con avellanas

Y ya de postre, por aquí una tarta de queso, por allí un brownie, una piña de avión a la brasa con crema, una tarta de manzana y una de limón con merengue.

Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida

Imágenes superiores: tarta de manzana y brownie con chocolate Valhrona y tahín

¿Más? Venga, lo último. Para bajar tantos hidratos y proteínas, más allá de una carta de vinos muy potable, tenemos la opción de algún que otro cóctel como el Oceanic, con vodka, lima, piña y blue curaçao, o el Mojito con fresas y la Piña colada.

Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida Restaurante Roostiq: el fuego que da la vida

Imágenes superiores: cóctel Green Mint y pan de masa madre

Restaurante Roostiq
Calle Augusto Figueroa, 47, Madrid
Tel. 918 53 24 34
roostiqmadrid.com