The Food Dealers: gochear (o no tanto) en Chamberí

Cómo se las gasta este barrio que hasta cabe The Food Dealers. En el entorno de Plaza de Olavide teníamos café gourmet, pan de verdad, vinos naturales y cócteles viejos. Pues ahora, desde el pasado noviembre, se trafica también con comida casera, bocados chorreantes y menús asequibles. ¿Burgóndiga?

The Food Dealers es la respuesta de Javier Olariaga y Elena Santos al confinamiento. La pareja viene de la publicidad y el diseño pero siempre han sido cocinillas. El cambio que buscaban, y con dos niños pequeños cada vez más glotones, lo encontraron en un pequeño local chamberilero.

Este barrio, el suyo, en el que todo es a veces demasiado guay (caro), les pedía montar algo popular y juvenil, visualmente atractivo pero en el que se cocinara. Así que hay bocatas orientales, hamburguesas de foto, y pollo empanado, pero también verduras braseadas, salmorejo o lasaña. The Food Dealers maneja más “merca” de lo que aparenta.

The Food Dealers: gochear (o no tanto) en Chamberí

Imágenes superiores: La amenazante burgóndiga y los traficantes Elena y Javier

Ya que controlan de imagen, The Food Dealers tenía que entrar por los ojos. Javier ha sido diseñador gráfico, editorial y audiovisual, y Elena todavía hace branding como socia y directora creativa del estudio Ele&Uve (detrás de restaurantes como Terracota o Naked and Seated). Para su cuartel general eligieron a la interiorista Marina Stancanelli y ahí dejó un estilo callejero con mucho material de obra en el que encaja la identidad que les ofreció el ilustrador Del Hambre. Todo sencillo y directo, food porn para empapelar paredes y conquistar redes sociales.

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Imagen superior: La ensaladilla rusa sobre paloma de bocabit

Veamos ya la mandanga de The Food Dealers. Ellos se definen a medio camino de un restaurante casual, un take away “buen rollero” y un delivery variado en el que poder pasar del fast good food al puro comfort food (atracón de anglicismos) de guisos caseros y verduras que sepan como tal.

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Imágenes superiores: La berenjena asada, los donuts de pollo y vista del local

Y como nos gusta destacarlo, tienen su menú del día (de martes a viernes a mediodía por 12,50 euros), más ligero que los platos estrellas por los que se han dado a conocer. Que si una ensalada verde con algún aliño exótico, que si macarrones al vodka, que si un guiso de ternera o una pinsa artesanal. Prometen dar pronto también desayunos, siempre a precios razonables.

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Imagen superior: Los patacones de The Food Dealers

Lo importante es que The Food Dealers no cae en el congelado ni la estandarización. Se cocina a diario y muchos ingredientes proceden de comercios vecinos. Lo que es hacer barrio con una propuesta que puede empezar con una ensaladilla rusa estilo Salamanca (sobre la paloma de bocabit) aderezada con kikos, o con unos patacones de cochinita pibil que se harían bola si no fuera por un pico de gallo muy rico. El guiño más infantil lo pone la ración de donuts de pollo. De beber, vino de lata Zeena o una cerveza lager como 18/70.

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Imagen superior: La burgóndiga, su salsa especial y unas patatas fritas de otro mundo

Con Arcade Fire o Nick Cave de telón musical, nos preparamos para los hits de la casa. Porque aquí hemos venido a sudar. La burgóndiga ya es famosa en la ciudad, una criatura algo bizarra cruce de una burger y una albóndiga de demolición. Son 160 gramos de pelota rellena de queso provolone con parmesano rallado por encima y dentro de un brioche que sale de Alma Nomad Bakery (imprescindible), en la esquina casi contigua. De guarnición, unas patatas fritas sublimes por la doble fritura —¡así deberían ser siempre!— y una concentrada salsa de carne que recomendamos utilizar para remojar la albóndiga a cada mordisco.

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Imagen superior: El bokata koreano, otra gochada buena facturada por The Food Dealers

Como no tuvimos suficiente —ningún remordimiento ante tal gocheo— solicitamos la presencia del bokata koreano, el otro gran golpe de efecto en The Food Dealers. Gambones entre panes cristal, empapados en queso fundido y salsa de Gochujang más lombarda encurtida en mirim, muy del estilo también de los bocadillos vietnamitas bánh mì.

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Imagen superior: Más burgóndiga en bandeja y platillo de curry de brócoli

Hasta aquí el “picoteo” en The Food Dealers. Dejamos fuera opciones más convencionales para el día a día como las croquetas de jamón, la tortilla de patatas, la lasaña de calabaza o la milanesa de ternera con mucho tomate y mozzarella, solo lista los fines de semana.

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Imagen superior: La tarta de lima… todo lima

¿Seguro que ya paramos? Bueno, no, que tuvimos tiempo de probar también el curry de coliflor (reivindicamos siempre la coliflor aunque lo vimos algo escasa de salsa), y la tarta de lima, un postre que es todo ídem y que, como un buen gintonic, va perfecto para rebajar la sensación de gocheo triunfal. Pero, insistimos, ¡ningún remordimiento!

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The Food Dealers
Calle Juan de Austria, 14
Tel. 91 444 55 94
www.thefooddealers.es
Precio medio: 20 euros

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