Ashekman, arte urbano en el Líbano

El graffiti tuvo sus inicios en el Líbano durante una guerra civil de 15 años, que afectó al país en 1975. Desde entonces, el arte urbano en el Líbano ha evolucionado con nuevos estilos y técnicas emergentes, como la caligrafía y las intervenciones públicas. Aunque el arte urbano impulsado políticamente todavía existe, la mayoría del arte en estos días pone gran énfasis en la estética. Este es el primer vistazo a la nueva escena de arte callejero de Beirut.

Oficialmente, Ashekman comenzó en 2001. Primero con música y graffiti al mismo tiempo, porque como artistas independientes querían promocionarse, escribiendo su nombre “Ashekman” en las paredes para que todos lo vieran. Son artistas independientes y hoy a través de su arduo trabajo se han convertido en emprendedores. Las piezas de arte han sido creadas a medida para resaltar las valiosas contribuciones de la cultura árabe. Considerado entre los primeros en adoptar la caligrafía árabe en el arte callejero, los gemelos comparten el objetivo común de revivir la cultura árabe utilizando el contexto urbano.

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Ashekman han creado sus murales en espacios públicos para mostrar que el arte puede hablar tan fuerte como cualquier grupo político y que el arte puede ser una salida para llevar el poder a los impotentes y la libertad a cualquier expresión. Pretenden que su arte y su lenguaje visual, ayuden a conformar una paz duradera a través de su proyecto Operación SALAM (Paz) en Trípoli. Esta ciudad se compone de dos distritos: uno sunita, el otro alauí, separados por la conocida calle de Siria. Desde 2005 hasta 2015, los combates fueron frecuentes. Las tensiones se vieron exacerbadas por el conflicto sirio, donde el régimen ha estado luchando desde 2011 contra una rebelión principalmente sunita.

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Con la ayuda de 52 hombres de estas dos zonas, Ashekman escribieron la palabra Salam en un tramo de tierra de 1,3 km sobre los tejados de 85 edificios adyacentes. Los soldados reemplazaron sus armas por la pintura como una llamada a la paz en la ciudad. Además de ser visibles desde el cielo, la pintura verde que utilizaban era tanto anti-fugas como anti-UV, desviando el calor en el verano y cambiando las condiciones de vida de las personas en los edificios para mejor. Es la ONG libanesa “Marcha” la que ha llevado a cabo un trabajo de reconciliación entre los habitantes. También están previstas obras de rehabilitación. Guiado por una pasión por la vida, la innovación y la curación, Ashekman eligió a Trípoli para implementar su primer proyecto de este tipo, no solo en el Líbano sino en el mundo.

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